Hasta ahora, «astitución» no era más que un neologismo algo incómodo y apenas autoexplicativo. Ahora, luego de un año de trabajo en el taller Pensar en fluidez, logro conceptualizarlo. El neologismo ya puede caer, pero el concepto que produjimos vale la pena. Si a alguien se le ocurre una palabrita mejor, es bienvenida.Astitución = sombra (Lewkowicz) = semi-institución = lo instituido asediado = infradeterminación (Bauman) o tenue identificación artificial (Lewkowicz) = institución sin meta-institución » «instalación» = cuenta sin cuenta de la cuenta = situación sin estado de la situación = enunciados sin meta-enunciados = imágenes sin orden simbólico = pensamiento sin conciencia // conciencia sin conciencia de la conciencia = internet = red = cabos sin ligar = etc.Recombinación = relación aleatoria entre puntos.La condición de la recombinación es que no haya argamasa. Esto se me empezó a ocurrir cuando hablábamos de la reforma de tu depto: estábamos hablando de recombinarlo. En otras palabras, fragmentarlo, liberar sus ladrillos y recombinarlos según circunstancias nuevas. Si las circunstancias nuevas se dan cada vez que hay un cambio de dueño, mejor poner cemento y revoque; pero si las circunstancias nuevas se dan cada períodos bien cortos, debemos considerar seriamente apoyar un ladrillo sobre otro, sin unirlos con cemento, de modo tal de desarmar y rearmar la distribución del espacio según las necesidades que imponga cada circunstancia nueva. También podemos cambiar la tecnología: usar durlock -lo que se llama obra seca-: ponemos un esqueleto de aluminio sobre los que adoso delgados paneles de yeso, y los tiempos que lleva levantar una pared se reducen drásticamente, logrando que la «reforma permanente» sea negocio.Pero vuelvo a la metáfora de los ladrillos. El capital recombinante produce unos pero no los amalgama en Uno. Un ej está en las políticas frente a la diversidad cultural: antes, el EN la acrisolaba (= la fundía) en una identidad nacional; hoy, el capital recombinante la multiplica en multiculturalismo. La identidad nacional era exclusiva y excluyente: era molar, mientras que el multiculturalismo admite la recombinación molecular, y el consumidor puede peinarse a lo rasta, ponerse una remera de Evo, comer chino, escuchar bossa nova, navegar en inglés, etc., así como participar de múltiples ‘comunidades’ virtuales y presenciales (de tangueros, de judíos, de latinoamericanos, de floggers, de bosteros, de coleccionistas de canarios, de los que acaban de romper el jarrón…). Me gusta más decir que el multiculturalismo admite y promueve la molecularización recombinante de las culturas. Como les dice IL a las tribus al final del cap. 9 de PSE: son «tenues artificios identificatorios», y no tienen el aislamiento físico que caracterizaba a las originarias sociedades tribales. En términos de Rifkin: si la pertenencia a una cultura sólida dependía de poseer sus propiedades, la ‘pertenencia’ a una cultura fluida depende de acceder a sus servicios.Vuelvo con términos de pseudo-Badiou: hay unos, pero no Uno. Cuando hay Uno, hay solidez, frontera, identidad, determinación cabal, instituidos, sujetos, etc., pero eso dificulta o impide la recombinación veloz, esto es, impide el adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes y las oportunidades de negocios siempre emergentes. Cuando hay dispersión total, hay fluidez, lisura, mezcolanza, desubjetivación, y esto en teoría permitiría al capital fluir velozmente. Sin embargo, para realizar ganancia, no alcanza con fluir velozmente: también hacen falta (al menos) mercancías y consumidores. Digo: la dispersión total admite la velocidad, pero no la recombinación. Es decir: el capital necesita unos; necesita determinar elementos que puedan recombinarse (o, con nuestra pobre metáfora albañilesca: así como no necesita paredes consolidadas, necesita ladrillos que puedan formar paredes desmontables para volver a montarlas con diferente diseño una y otra vez).Vuelvo a mi neologismo para definirlo más cualitativamente. Una aproximación cuantitativa era que la astitución es una institución a medias, un punto de equilibrio entre la destitución total y la institución sólida. Una definición cualitativa es que la astitución (del sujeto, por ejemplo) es una cuenta por uno sin cuenta de la cuenta. Con esto podemos volver a la definición formal de fluidez: es, sí, la relación aleatoria entre dos puntos, pero es, también, la producción de puntos que pueden relacionarse aleatoriamente (recombinarse); es decir, la fluidez es la producción de elementos sin necesidad de reunirlos en conjuntos estables. Por ej: egos sin yo, tribus sin cosmovisión, capacitaciones sin educación, proyectos sin programa, anuncios de gobierno sin plan de gobierno, individuos sin grupos, controles sin aparatos ideológicos de estado, eslóganes sin discurso, contactos sin relación, rasgos sin identidad, opiniones sin ideología, etc… En breve: elementos sin partes y partes sin todo. Pero también, ocurrencias sin inscripción.Badiou, o cualquier ontólogo que se precie, indicaría que un sistema así no se sostiene: es inconsistente. Ciertamente, responderíamos nosotros, y citaríamos la frase de Emerson que cita Bauman: cuando patinamos sobre hielo quebradizo, nuestra seguridad depende de nuestra velocidad. El imposible delirio de una sociedad sin Uno, sin argamasa, sin cuenta de la cuenta, se ha hecho real por obra de su velocidad, que logra fugar hacia delante de las inconsistencias de lo social. Si antes, en solidez, las inconsistencias de lo social se compensaban con estabilización (Estado), hoy, en fluidez, se compensan con repentización.
Para Badiou, la cuenta por uno aseguraba el pasaje de la multiplicidad inconsistente a la multiplicidad consistente, pero no aseguraba la existencia de situación (o, a secas, la existencia) porque se le notaba la inconsistencia: se hacía necesaria una segunda cuenta que contara los efectos de la primera. La primera producía elementos; la segunda, conjuntos y subconjuntos. La primera correspondía al nivel «situación»; la segunda, al «estado de la situación». Es otra forma de decir que todo enunciado, para ser consistente, requiere de un metaenunciado que tapone sus fallas, o que toda estructura requiere de una metaestructura.