Dos audios enviados a un amigo
Primer mensaje.
¿Qué hacés Colo? Acabo de ver una película que es casi tan loca como las historias que se te ocurren a vos. Es sobre un chabón, hijo de un almacenero, que en los 90’ se fundió porque vinieron los chinos al barrio. Entonces veinte años después, el pibe ya crecido, se va a China a abrir un supermercado para vengarse. Es una película argentina que se llama “De acá a la China” y la dan en el Malba los sábados a las 21.30hs, vayan el sábado que viene porque está los sábados de agosto nada más. Después de la película estuvo el director y contó un poco cómo fue la filmación y esto es lo que te quería contar, tiene una historia de cómo fue la filmación que quizás es mejor que la película misma. Y te lo cuento porque me hizo acordar a lo que vos decías de vender las casas para viajar: resulta que fueron un grupo de cinco amigos, tres meses a China para filmarla, después el último mes y medio eran doce; pero para instalar todo un equipo de filmación y filmar la película durante tres meses en China, tuvieron que juntar la plata de todos. Era la plata de todos los amigos, no hicieron a tiempo de buscar el subsidio del INCAA. Digamos que es un emprendimiento autónomo sin el Estado y sin ninguna gran productora, cine independiente. En vez de tener cinco problemas individuales de ver cómo hacer la película, tuvieron un problema colectivo, que era lo que vos decías con los ocho amigos que tenían por separado el problema para viajar, que contabas en mi casa la otra vez y decías que podían convertirlo en un problema único y común y así resolverlo más fácil, por eso me acordé de vos y quería contarte porque es maravilloso cómo hicieron la película. Dice que cuando volvieron les quedaban diez dólares, entre los cinco; no dijo cuánto les salió toda la película, pero seguro que fue bastante. Solamente con vivir tres meses en China con cinco personas ya es una bestialidad, no me imagino filmar. Bueno, hay pequeños comunismos en todos lados ¿no? Te mando un abrazo.”
Segundo mensaje.
“Colo, me acordé otra cosa linda, parte de este comunismo, de esta conspiración de los amigos, después de la proyección estuvo el director y contó cómo surgió: él venía de hacer dos documentales y estaba por hacer un tercer documental sobre los supermercados chinos o la inmigración china en Argentina, y charlando con los amigos, o con la gente con la que iba a hacer el documental, se les ocurrió la idea de que un argentino se va a poner un supermercado allá en China. Y les gustó tanto la idea que al final fue creciendo y no pararon, se convirtió en una ficción y no en un documental, y después no pararon hasta poder ir a China a filmar la película. Bueno, eso, el entusiasmo de los amigos y algo de lo que decían ustedes en el primer “Manifiesto abierto”, cómo se ponía en juego lo que estaba ahí, el abrazarse, el charlar con amigos y el hacer con amigos las cosas amistosas. Crear un común que se hace con amigos y si no no se hace. Bueno no sé cómo la ves, un abrazo.”