una política de largo plazo encorseta a los funcionarios, da demasiada rigidez a los chóferes. Debemos ver que en un mundo fluido, un mundo de circunstancias siempre y velozmente cambiantes, en un mundo volátil con un régimen político de muy débil institucionalización, la repentización es una necesidad. La inestabilidad es un dato fatal y el zigzagueo y la contramarcha es una atribución a la que no se puede renunciar.[2] Hay algo así como una sinergia entre duración en el cargo, estabilidad de los funcionarios, posibilidad de repentización, ausencia de políticas de estado y volatilidad social general. Sinergia o, si algún quejoso quiere llamarlo así, circulo vicioso.
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