El ensayista

El ensayo no es una pedagogía. No instruye ni pretende completar tiernas almas infantiles. Por el contrario, su cometido parece consistir en reinventar una niñez. En algún punto, el ensayista es como un niño, puesto que algo desconoce, pero ello no lo define ni mucho menos lo invalida, mientras que su potencia no la da su saber efectivo, sino en el modo de habitar su no saber. Más allá del ensayo político o de recursos eruditos o disciplinarios, nunca un ensayo se parece a la transmisión de conocimiento, ni a la imposición ideológica. Por el contrario, el ensayo es el esfuerzo por medirse con el propio costado ciego, sólo dialoga con sus espaldas. La antipedagogía del ensayista es un llamado al deseo del otro, un reproche socarrón a la pereza confortable. La única pedagogía del ensayista se parece al cometido del anfitrión: despertar el apetito.

Continua leyendo "El ensayista"
Share

Calvino y su fidelidad a la existencia

Una idea luego de leer las páginas 16 y 17 de Voluntad e ironía en Italo Calvino, de Elizabeth Sánchez Garay. El pesimismo de Italo Calvino puede ser visto como renuncia a los modelos en general. Esa renuncia proviene de una fidelidad a los hechos. Pero mejor es ver ese pesimismo como una ética que …

Continua leyendo "Calvino y su fidelidad a la existencia"
Share