Qué diría Ignacio Lewkowicz -o nosotrxs

Fui a la presentación de la compilación de textos de IgnacioLewkowicz que se llama Todo lo sólido se desvanece en la fluidez. Hablaron cinco personas presentándolo y de alguna manera circuló una pregunta: ¿Qué hubiera dicho Nacho del período que arrancó en 2003? Por un lado, uno de les presentadores, Ezequiel Gatto, dijo que, en el librito Estado en construcción, que Lewkowicz sacó con el Grupo de Reflexión Rural en el año 2003, Ignacio vuelve sobre sus pasos y replantea sus pensamientos acerca del Estado. Yo creo que no es así, que Nacho no se vuelve estatalista en ese libro, sino que se pregunta qué relación puede tener el nosotros con el Estado.

El agente histórico no vuelve a ser el Estado, el Estado no vuelve a ser metainstitución. El nosotros es el lugar de agencia que puede influir en la construcción del Estado y al Estado se lo puede pensar en ese momento posterior a 2001 como un Estado maleable, influenciable, pues estaba en búsqueda de legitimidad, y esa legitimidad solo podía venir de los nosotrxs.

Pero, por otro lado, algo que hay que decir de la pregunta “¿qué diría Nacho hoy?” Y es que tenemos que recuperar la actitud que le escuché cuando empecé a estudiar en los grupos de estudio con él. Alguien le preguntó qué diría Marx de la situación contemporánea y Nacho contestó que lo que él creía que Marx diría es: “con todo lo que saben ustedes, ¿me vienen a preguntar a mí?”. Esto lo tenemos que entender por lo menos de dos maneras. Una es la manera básica que es decir que tuvimos todo un siglo XX de marxistas y de revolucionarios que pensaron con Marx y lo fortalecieron enormemente, y efectivamente sabíamos más que él sobre el capitalismo y el socialismo y las revoluciones. Pero también lo tenemos que entender de otra manera mucho más activa que el entendimiento básico de que teníamos más bibliografía y más experiencias revolucionarias, y es que nos tenemos que habilitar a hablar nosotros. Nacho se habilitaba a hablar sin Marx. Nosotros nos tenemos que habilitar hablar sin Nacho. Pero, claro, hablar sin Nacho es habiéndolo leído, es hablar con Nacho, pero no preguntarle a él qué diría sino hablar con él sobre las preguntas que nos plantea nuestra circunstancia.

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