Recién me hicieron una encuesta sobre celulares. Alguna compañía de celulares se la encargó a la empresa encuestadora, y en esta encuesta aparecían preguntas como «¿Cuál de estas marcas te parece que tiene el mejor servicio?», tras lo que mostraban marcas fabricantes de aparatos celulares, mostrando los logos impresos en una página (unos doce o quince logos). También había preguntas del tipo «¿Cuál va a ser su próximo teléfono celular?», «¿Cuándo piensa cambiarlo?».
Ante mis repetidos «no sé» y «me da lo mismo», el encuestador me dijo: «No puedo poner en todo ‘no sé’; mandá cualquiera»; «decilo a primera vista, sin pensarlo mucho, aunque no estés seguro», y cosas por el estilo. Otro ejemplo, «¿Cuál es la marca con más prestigio entre su grupo de amigos?», ante lo cual no tenía la opción de responder «No charlo eso con mi grupo de amigos».
Terminé con la sensación de que la encuesta es un molde, como un molde para hacer ravioles o galletitas, que se posa sobre una masa más o menos amorfa, le da una forma, y descarta lo que no entra en el molde. ¿Significa esto que el procedimiento encuestador ignora los hechos o los tergiversa? ¿Significa que el procedimiento encuestador miente, o que deja cosas afuera deliberadamente para, como se dice, ‘llevar agua para su molino’? Significa simplemente que las encuestas encuestan lo que les interesa.
Significa que el dispositivo informador, a diferencia del dispositivo de saber, no tiene pretensiones de discurso exhaustivo. Si el saber disciplinaba su objeto intentando cubrir toda la materia visible con su disciplina, el dispositivo informador, en cambio, busca convertir en calculable aquello que es pasible de convertirse en consumidor, o mejor dicho, busca calcular el resorte capaz de gatillar un consumo.
Por el procedimiento del encuestador «contestá lo primero que se te venga a la cabeza», o por el procedimiento del encuestado «contesto siempre la primera opción» o así por el estilo, no hay una subsunción del objeto al sujeto de estudio, no hay un disciplinamiento, sino sencillamente una «puesta en contabilidad» por parte del capital financiero. No es que lo de adentro queda incluido y disciplinado, sino que queda disponible para su contabilidad, sea con fines publicitarios, comerciales, informativos, «puros», o incluso de conocimiento. No es que lo de afuera quede excluido, sino que queda expulsado. El cacho de masa que no cobró forma raviolera se tira.