0,50 fue el promedio general en un examen de cultura general tomado a alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata en mayo de 2004 (ver noticia). Hubo una onda de preocupación en los medios y en el Ministerio de Educación y en toda la ciudadanía responsable por la calidad de nuestros profesionales. La preocupación es esta: los chicos no saben nada de cultura general. Pero tal vez, más que replicar una preocupación acerca de la cultura general de los futuros profesionales debiéramos interponer una constatación acerca de la cultura general de los jovencitos en general: no hay más cultura general.
En aquel diciembre, el resumen televisivo TVR mostraba que ante la pregunta de cultura general unos chicos de secundaria no sabían qué responder. En cambio, ante la pregunta de quién es el hermano de Silvia Suller los chicos sí sabían qué responder. Pero veamos. Cultura general es un corpus que el ilustrado o luego el ciudadano debían conocer para integrar la humanidad occidental. La cultura general, ese corpus llamado cultura general, se conformó hacia el siglo XVIII con la Ilustración y la Enciclopedia, se renovó luego con el surgimiento de las ciencias humanas y de las diversas ciencias del siglo XX, ampliándose con la ampliación de conocimientos de estos siglos: parecía un cuerpo siempre joven, siempre rejuveneciendo, sensible y ampliable al infinito.
Y ahora estalló. No estalló por no poder integrar un nuevo campo del saber sino porque cambió la tecnología que soporta el conocimiento, haciendo que deje de ser saber o conocimiento y pase a ser información. La cultura general, que es la cultura occidental clásica compendiada, se soportaba en papel, en libros, se compendiaba en una enciclopedia, se estudiaba en la escuela y la universidad. La información contemporánea no se compendia sino que prolifera y se difumina en discos rígidos, redes, medios de comunicación diversos y redes de redes de redes; no se enseña en instituciones sino que se difunde por esos medios, no se la estudia sino que se accede a ella. En la tecnología enciclopédica, el saber es totalizante y tiene un orden; en la tecnología informacional el saber está desmadrado, está desbordado y está desordenado. Se sabe mucho más de lo que hace falta o se puede saber y, encima, no se sabe por dónde empezar: no se puede aprender.
El corpus cultura general tiene un momento histórico de nacimiento y formación, y asistimos al momento histórico de su deformación y defunción (de este y de todos los corpus).
¿Qué muere al morir el corpus cultura general y los corpus en general? Muere la época en que sabíamos qué era necesario saber y cómo aprenderlo. «La sociedad tampoco los estimula a estudiar», admite el profesor que tomó el examen. Hoy, al tipo de datos que pedía el examen (qué cargo ocupaba Saddam Hussein, por ej.), en los juegos de preguntas y respuestas se lo llama trivia: trivialidades… No debiéramos menospreciar al chico que veía necesario saber quién es el hermano de Silvia Suller.