Interfaz y desligazón – pensar un Estado desligado

Que el Estado procede pero no precede, decían que decían por ahí. Me apuro a esquematizar: el que precede es el estado nacional; el que procede es el posnacional. Hoy, esto es, en tiempos de “dominación axiomática”, esto es, en tiempos de no estructuración precedente, no hay lazo social, no hay lugares, o mejor dicho no hay lugares creados ni hay suelo general donde apoyen todos los elementos sociales. No hay relaciones o lazos sino contactos intermitentes entre los elementos; esos contactos atraviesan el vacío en el que derivan, creando un camino precario por donde transitar. Como no hay suelo de apoyo sino un ciberespacio vacío, los lazos y lugares se crean axiomáticamente, ad hoc, en el momento del encuentro. En estas condiciones, cualquier nexo deja de ser relación entre lugares, para ser relación ad hoc (o encuentro o roce o choque o lucha o contacto), pero en todo caso no entre lugares previamente definidos o simbólicamente definidos.  En estas condiciones, no hay legalidad de las relaciones, no hay legalidad de los encuentros. En otras palabras, no hay tercero entre los doses (plural de dos) que se relacionan entre sí. En el ciberespacio, lo que hay para que haya relación no es suelo general sino interfaz ad hoc, esto es, espacios de contacto, espacios de encuentro. Los espacios de contacto y encuentro deben ser creados ad hoc, y si no son creados, la relación no se da, aunque parezca que deba, o pueda darse o probablemente se daría. Esto vale para la relación entre una computadora y un usuario, vale también para un pretendiente y su pretendida, para un diente y otro, un empleador y un empleado, un cliente y un vededor, un club y sus socios, una institución y sus miembros, etcétera, incluyendo un Estado y sus súbditos, un Estado y su sociedad, un Estado y los agrupamientos sociales.

Esto es una elaboración casera de lo que le escuche decir a Diego Sztulwark en una conferencia el 18 de Agosto de 2009 en la que dijo que el kirchnerismo logró crear interfaces complejas entre Estado y movimientos de derechos humanos, Estado y movimientos sociales, Estado y fábricas recuperadas, Estado y grupos económicos, etcétera. Yo diría que, rota la estructuración social, perdida la estructuración social tal como la había ensamblado el Estado nacional, todos los elementos sociales se hallan desligados, se trate de individuos o se trate del aparato estatal. Y que también el Estado posnacional necesita crear espacios de contacto, interfaces. Esto fue acuciantemente así luego de 2001, luego de la ruptura efectiva del lazo representativo, que era el que ligaba Estado y sociedad. Pero venía rompiéndose al menos desde la Dictadura, sin duda con la reforma constitucional del `94 y el fin de la pretensión de representación exhaustiva electoral, y subjetivamente con el “que se vayan todos” de 2001.

Aunque el kirchnerismo haya podido constituirse en superficie de contacto, en espacio de contactos o en una multiplicidad de espacios de contacto, ello no significa que la cuestión quede resuelta “de una vez y para siempre». Porque, dado que la estructuración de los espacios de contacto como sistema de lazos no se da, dado que no queda instituido el espacio de contacto, éste debe gestionarse en cada ocasión y en cada coyuntura, y esto hace que no podamos hablar de el espacio de contacto, sino que debamos siempre hablar en plural: los espacios de contacto. Cada uno debe montarse ad hoc, gestionarse ad hoc y astituirse ad hoc. El lazo representacional es instituido e instituyente; el espacio de contacto o interfaz es astituido y astituyente.

Podemos extraer una conclusión. Hoy estar enganchado, estar in, es tener interfaces, tener espacios de contacto.

Queda por supuesto una pregunta: la pregunta por si tener contactos en espacios de contacto es como era tener lazo, si hoy estar enganchado llega a convertirse en precedencia que le pone condiciones al proceder del Estado. La respuesta es sí, obviamente, pero la pregunta es de qué manera lo hace, de qué manera históricamente específica. Por ejemplo, es bastante incierto para un gerente individual de Bunge cuánto tiempo mantendrá su puesto, pero no lo es que Bunge y otras multinacionales pueden imponer políticas o medidas económicas.

PS: La interfaz es procedimiento y no institución porque no parte de una ley precedente y soberana procede sobre precedencias de hecho, y procede determinándolas, performándolas, gestionándolas, formateándoles la gramática del trámite cotidiano, anexándolas. Ahora bien, en cuanto determinante, la interfaz precede. Pero, dado que uno de los requisitos para que el procedimiento prospere, es que se presente como “respuesta a un problema sin solución” o como “respuesta a las necesidades reales de un sector de la población”, la determinación que la interfaz opera en lo real es el Estado procediendo sobre una precedencia.

Por otra parte, bueno es decir que las interfaces no son excluyentes entre sí.

Con estas conceptualizaciones podremos pensar una «ciudadanía posnacional» (!?).

pablohupert@yahoo.com.ar

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