Grimblat – Asimilación, desacople, dispersión. Un intento de pensar nuevas categorías ente la crisis de la trasmisión de la identidad judía (ponencia)

Currículum: Sebastián L. Grimblat es psicólogo, psicoanalista, especialista de la carrera de post grado en clínica institucional y comunitaria de la UNR. Docente concursado de la UNR. Trabaja en la asistencia, tanto en la clínica privada como en la pública. Ha publicado diversos textos sobre violencia social.

e-mail sebastiangrimblat @hotmail.com

Resumen:

La crisis contemporánea es principalmente institucional, desde allí proponemos sustituir la categoría de asimilación para proponer 1- desacople 2- dispersión. La trama emancipatoria libraba batalla contra la asimilación, planteaba el dilema “cómo emanciparse sin perder la identidad judía”. La crisis post-moderna(que no solo atañe al judaísmo) plantea una nueva, el fenómeno de la dispersión.

La trama emancipatoria se inscribe en la lógica secular del Estado Nación implantando su propia tragedia, la integración en detrimento de la asunción de una nueva identidad. De éste modo las poblaciones se plegaron al proyecto moderno. En el caso del judaísmo, esto último adoptó ciertas particularidades. Fiel a la trama moderna de instalar dualidades, la emancipación instaló la tensión entre el par: pertenencia – asimilación. Durante el despliegue de la modernidad, el judaísmo supo instalar sustitutos cohesivos del colectivo comunitario, el más destacado de estos es el sionismo.

La post-modernidad plantea otro horizonte, el desfondamiento del Estado Nación produce un gasto constante en el decantamiento y descomposición de la validez en los valores y prácticas que de antaño supieron obtener eficacia. Las mismas en el intento de cohesionar el colectivo se desacoplan produciendo un agigantamiento de la brecha entre las generaciones, al mismo tiempo que reivindican lo viejo como nuevo.

El primero remite al desencuentro entre dos generaciones que interpretan de modos diversos la pertenencia. El segundo profundiza la crisis del primero, la dispersión se produce ante la incontinencia de las instituciones y su eficacia de producir lazos.


“Asimilación, desacople, dispersión” Un intento de pensar nuevas categorías ente la crisis de la trasmisión de la identidad judía

Autor: Sebastián L. Grimblat

Presentación y Agradecimientos:

La presente exposición es por un lado la continuación de mi trabajo presentado en las jornadas realizadas en Rosario y por otro, el producto del fluido intercambio a raíz de dicho encuentro con Pablo Hupert con quién hemos seguido pensando algunos de los temas que a continuación se exponen y a quién agradezco su generosa invitación de pertenecer a esta mesa.

Introducción:

Parto de la idea que no se puede pensar lo judío por fuera de los movimientos históricos instituyentes, no podemos encontrar lo judío de forma puramente aislada. Lo judío siempre está inserto en la trama de un mundo posible dentro de las condiciones históricas existentes. De éste modo podemos referir a un judaísmo antiguo, medieval, moderno y en estos tiempos post-moderno, vale decir post-secular. Esto de ninguna manera implica que las formas de organización institucional del judaísmo como colectivo histórico social ,aún con sus diversas vertientes, haya encontrado en cada época formas de auto-organización singular y específica y que esta a la vez se haya presentado al mundo como un anacronismo al contexto histórico social que le tocó vivir (Grimblat S 2005).

Lo que indagaremos en el presente escrito es el modo en el que se produce el cambio y las formas en que éste es percibido, como a la vez, las formas de intercambio tanto directas como indirectas entre lo instituido dentro del mundo judío y aquello que lo atraviesa sincrónicamente desde los movimientos histórico-sociales produciendo efectos subjetivantes. Estos provienen desde los factores de sobredeterminación que instituyen modalidades específicas de cambio, variables según la subjetividad de época que impactan sobre el suelo en el cual se apoya la vida institucional.

En mi exposición en Rosario (Grimblat S 2005) nominé judaísmo post- secular a las formas de producción de subjetividad inscriptos en la trama del desfondamiento (Lewkowicz I 2004) del Estado Nación propias del Estado moderno es su fase líquida, desarrollar esto implica nuevamente oponer la fase sólida de la modernidad donde la vida judía se confrontó con los procesos seculares, emancipatorios, creando un gasto constante de resignificación de su pertenencia, creando nuevas discursividades cohesivas del colectivo que permitieron habitar un nuevo mundo. Posiblemente sea el sionismo, la creación de la nación hebrea, el máximo exponente de una nueva discursividad con su metodología concomitante, quién tuvo la potencia instituyente de un proyecto secular contenedor y que aseguró durante años un [1] porvenir al judaísmo, un proyecto de vida institucional comunitaria.

I -Judaísmo y Modernidad. La problemática de la Asimilación

A modo de síntesis y para ejemplificar la idea principal que intento trasmitir, no podemos pensar un movimiento como el sionismo sin situarlo dentro de un proceso histórico social más extenso propio de la constitución de la tragedia [2] moderna, y reconocer que ésta no solo atañe al judaísmo. Pero en el caso de éste, implantó en el seno de las comunidades la trama misma de la modernidad bajo formas singulares, es decir los procesos de transformación y de revolución en la subjetividad, es decir, los modos de pensar e identificarse, de constituir una identidad judía que cohesione identitariamente el cohesionar al colectivo. Éste deja de unirse por motivos religiosos para unirse desde una perspectiva de pertenencia histórica, política ideológica.

La modernidad implanta en las poblaciones tres grandes movimientos instituyentes que operan simultáneamente, estos son: la emancipación, la secularización, el ideal de progreso.

La trama emancipatoria es el proceso que transforma a un sujeto en ciudadano , dicho proceso se inscribe en la lógica secular de la unión matrimonial entre el Estado y la Nación, esta unión marital se sostiene sobre un criterio de homologar las poblaciones que habitan un territorio, masificarlas, subordinarlas a una nueva concepción identitaria territorial, a la ley nacional. Dicha unión produce un acontecimiento que revoluciona las subjetividades implantando su propia tragedia, la integración de poblaciones de diverso linaje histórico en detrimento de la asunción de una nueva identidad nacional.

De éste modo las poblaciones se plegaron al proyecto moderno bajo el gasto constante de producir nuevas significaciones, incluso contradicciones en su interior, como si se tratara de una mudanza donde se debe seleccionar que cosas se deben dejar y cuales se pueden llevar a una nueva vivienda. Si la nueva casa es grande, se puede llevar todo lo viejo, pero habrá que incorporara cosas nuevas para que esta no luzca vacía, así se crea un problema que antes no existía, no siempre el viejo mobiliario combinará con lo nuevo, habrá que incorporar y resignar objetos. Lo mismo sucede si la nueva casa es más chica, se deberá optar que cosas se pondrán dentro y cuales quedarán por fuera y otras que deberán ser adaptadas o nuevas, ya que no todo será adaptable.

En el caso del judaísmo, esto último adoptó ciertas particularidades, sobre todo en el paso de las generaciones, hubo quines vivieron el cambio como el pasaje a una casa más grande y otros a una más pequeña. Hubo quienes sintieron el pasaje como la liberación de un viejo lastre y quienes no se pudieron desprender de los objetos ancestrales.

Fiel a la trama moderna de instalar dualidades, la emancipación instaló la tensión entre el par: pertenencia – asimilación. Dicha tensión ha sida descripta por la bibliogr5afía como doble lealtad, clasificación que debería ser revisada y sustituida, por doble ligazón o doble filiación, ya que la palabra lealtad presupone un dirección única, al ser doble, se torna una contradicción portando dentro de sí la presunción de traición, un ejemplo histórico de lo expresado sería el affaire Dreyfus. La idea de doble ligazón o filiación permite la persistencia y convivencia de ambos ejes identitarios, por dar un ejemplo claro decimos Judío-Argentino, identidades que no tienen porque contradecirse.

El par pertenencia – asimilación produjo al interior de las juderías toda una serie de cambios que se hicieron visibles en los conflictos entre las generaciones, padres aferrados a una fe religiosa e hijos laicos, por dar otro ejemplo práctico.

Esto último nos refiere a la relación aparentemente amalgamada entre emancipación y secularización, que si bien establecen un vínculo, cuya resultante se visualiza indiscriminadamente entre una y otra, ambas se corresponden con genealogías diversas. aparentemente indiscriminadas en el surgimiento de los Estados Nación.

La secularización es precisamente aquel proceso en el cual se inscribe el declive del saber religioso hacia un saber científico. Éste último postulado como verdad Nacional [3] . Dicho proceso no es simple, posiblemente sea el más complejo de los que estamos describiendo, se trataría de la suplantación de un saber por otro y sus consecuencias en las subjetividades.

El proceso de secularización va configurando un suelo epistémico desde el cual los sujetos adhieren a un régimen de verdad despojado, no solo de los saberes, sino del suelo identitario común. La ciencia pasa a ser una cuestión de Estado, y mediante sus dispositivos llegan masivamente a las poblaciones. De éste modo se produce una ruptura en la lógica de la trasmisión, no es lo mismo sostener la convicción religiosa que el cumplimiento de los preceptos precipitará la llegada del Mesías y que se pertenece al pueblo elegido, a identificarse con un legado cultural que incluye dichos enunciados adoptados como metáforas, y que estos no representen una guía en la vida cotidiana civil. Se produce un principio de doble legalidad, una al interior de la comunidad y otra que rige en la vida civil, ambas se mantienen en tensión. [4] Encontramos aquí una disociación entre los enunciados que marcan una pertenencia comunitaria y aquellos que articulan las formas del pensamiento moderno de la vida civil.

La vida civil secular es producida y reproducida bajo las formas de los dispositivos disciplinares modernos descriptos por Foucault, discurso médico, discurso jurídico y el discurso pedagógico [5] , estos operan como organizadores, no solo de la burocracia organizativa sino también, como aquellos movimientos instituyentes por los cuales se suministra y se produce el régimen de verdad de la vida civil moderna que rige sobre sus poblaciones.

Éste es el punto de inflexión donde se produce la dinámica del cambio en el suelo institucional entre las generaciones formadas en las instituciones clásicas de la vida judía y quienes se han formado bajo las instituciones Estatales. Las diferencias se ponen de manifiesto en el pasaje de las generaciones en el efecto subjetivante, vale decir como entienden y actúan en el mundo. El judío devenido ciudadano, en tanto sujeto de derecho, cuya subjetividad se ve forjada por lo procesos seculares propios de los dispositivos modernos, comparte el mismo suelo con el no judío en tanto sujetos modernos de derecho.

Una vez lograda la alianza encarnada en el sujeto moderno como individuo emancipado y de mentalidad secular, el ciudadano está preparado para asumir el ideal de progreso .

Éste último consiste básicamente en dos puntos, que si bien aparecen juntos en la actualidad no nacieron así. El primero se corresponde con el ideal científico, el devenir de éste logrará el jardín perfecto de la modernidad, aliviará todos los males y primará la razón sobre lo irracional. El segundo se basa en la lógica del capital, con más precisión, el mercado. Ambos poseen un mecanismo en común, la creación de lo nuevo bajo la constante destrucción de o previo, “una revolución constante de los modos de producción capitalista donde lo nuevo se hace viejo antes de haberse podido osificar” según la expresión de Marx. Así la dinámica del capital se va transformando en la cinta transportadora, cada vez más ligera del ideal moderno, haciéndose cada vez más vertiginosa, estableciendo el declive de la modernidad sólida hacia la líquida. La primera basada en la conservación del Estado Nación, la segunda en la ruptura del cascarón Estatal por parte del mercado.

En lo que respecta a la vida judía, las transformaciones en la subjetividad se basa, en una disociación entre los núcleos identitarios originarios de corte religioso, y aquellas formas de pertenencia que se despliegan en la modernidad, ya no sustentadas en la lógica originaria sino en aquellas formas revolucionarias que la suplantan. La noción de pertenencia cultural o un judaísmo centrado en la ambición de un Estado Nación propio, son efecto y solo pueden existir en la subjetividad moderna.

El gran riesgo para el colectivo judío a partir del cambio de consistencia (Lewkowicz I 2004) en los factores cohesivos es la llamada asimilación [6] , la integración plena a la vida nacional perdiendo todo recurso identitario con el colectivo judío. Durante un largo periodo de la historia moderna éste paso se ha realizado formando parte de una decisión conciente e ideológica, donde el sujeto es conciente del lazo, de las ataduras filiatorias, también de las contradicciones que la doble lealtad, en tanto “mecanismo de defensa colectivo” genera como el gran bastión de resistencia a la asimilación total.

Cabría preguntarse si la crisis institucional contemporánea sigue sosteniendo las mismas tensiones. Si en tiempos de desfondamiento institucional (Lewkowicz 2004), el concepto de asimilación se mantiene intacto o debe ser suplantado.

Respondo tomando posición, desde mi perspectiva debe ser reformulado, ya no se sostiene. Aceptar esto posiciona al colectivo hacia la invención creativa de nuevas formas del lazo.

Judaísmo Post- Secular. La problemática del Desacople y la Dispersión

Postulo dos conceptos que reformulan y suplantan la dinámica asimilatoria en tiempos de fluidez, estos son 1- desacople 2- Dispersión.

La explicación de estos dos nuevos conceptos requiere brevemente aceptar una serie de cambios en la consistencia de la cohesión moderna. En palabras del sociólogo Z Bauman el pasaje de la modernidad sólida a la líquida consiste en lo que a modo de síntesis expondremos a continuación:

La modernidad líquida es el punto extremo al que ha llegado la modernidad, su punto de saturación donde el mercado se “emancipa” del control Estatal, el pasaje de la producción a la superproducción, de la población a la superpoblación, de la era del territorio a un mundo a-territorial. El pasaje de la cohesión mediante los aparatos Estatales a la inclusión por medio del mercado. Un mundo en el cual para subsistir son preferibles los lazos efímeros que los duraderos, donde el corto plazo da más garantías que el largo plazo, las buenas opciones son aquellas de las cuales rápidamente puedo desvincularme. Donde bajar los costos se vuelve el nuevo imperativo categórico por sobre el ideal moral Kantiano propio de la modernidad sólida. En el mundo de la desvinculación el colectivo se vuelve un obstáculo, en todo caso el colectivo es la forma del conjunto de resolver situaciones individuales.

Los cambios en la subjetividad se visualizan en el paso de las generaciones, un modo de expresión de dicho enunciado es el común reproche a los más jóvenes por parte de las generaciones anteriores, la permanente imputación por la falta de compromiso e ideales acompañado por la incomprensión de las formas que adquieren los lazos en la juventud y adolescencia actual. En las colectividades judías no son ajenas a estas formulaciones. Si bien podríamos ubicar esto como un “mal de época”, las instituciones se confrontan con una crisis de dos vertientes, por un lado en como son atravesadas por las nuevas formas de la subjetividad de época, por otro, aquellas formas de significación osificadas que no logran decodificar lo nuevo y persisten como estrategias de cohesión la rigidización de lo viejo bajo la fantasía de estar innovando.

Aquí ubico las nociones de desacople y el de dispersión .

Con la noción de desacople nos referimos a la caída del discurso producida por, los efectos subjetivantes de las producciones del colectivo socio-histórico y aquellas formas coaguladas instituidas que persisten y no registran el cambio como tal. Estas le dan ingreso a lo nuevo mediante sus sistemas simbólicos, desde sus categorías conocidas por su propia discursividad osificada. Por ejemplo, decirle a diversas expresiones, falta de compromiso, interés pertenencia etc.

Por otra parte lo nuevo en ningún punto se considera herencia de lo viejo, corta el lazo, no revoluciona lo anterior, niega su procedencia, su filiación en algún punto. Si habría revolución, mínimamente habría confrontación diálogo forzado. Lo que cae es el discurso como práctica cohesiva, surge una nueva versión o múltiples nuevas versiones. Se pierde la referencia clara de un eje estructural, esto implica un mínimo de identificaciones comunes, que instituyen pertenencia, estas se sostienen cuando están operando desde un marco institucional que produce efectos subjetivantes.

El desacople sería una crisis en la metabolización de los cambios discursivos. Es forma patológica del cambio y el registro del cambio. Hay ligazón en tanto que lo nuevo se sigue enunciando bajo el mismo nombre, pero la consistencia de esto no se reconoce ni es reconocido por las formas históricas del lazo.

La dispersión se diferencia del desacople como aquel resto que es despedido por fuerza centrífuga de la dinámica del desacople. Ninguna de estas dos categorías puede ser pensado por fuera de lo que Castoriadis nomino «Avance de la Insignificancia”. Un proceso de degradación de las simbolizaciones y producciones históricas. En el desacople hay todavía organización, dos instancias que aunque no dialogan directamente se confrontan en algún punto, más allá de la conciencia de la confrontación, permanecen vinculadas. En la dispersión el vínculo se ha perdido. Puede haber rasgos parciales de la ligazón identitaria, pero estos se encuentran aislados, no remiten ni se orientan hacia ningún lado.

El desacople y la dispersión se producen por la incontinencia del colectivo como institución social de contener y sostener los lazos que allí se producen, un desgranamiento eficaz del linaje filiatorio, no producido concientemente por las fuerzas en juego. Operan a modo de un cambio en la polaridad en la imantación, que de antaño aseguraba unión y pertenencia, hoy sostiene la brecha de lo inconciliable, de lo que no se puede unir, a mayor presión para la unión, mayor es la fuerza que se percibe por sostenerse lejos.

Conclusiones :

La trama asimilatoria opera bajo la conciencia de las formas de producción del lazo, se presenta como una opción, una contradicción, un rechazo, una formación defensiva sostenida en la tensión entre el vínculo conciente de un legado cultural y el conjunto de la vida moderna. Tiene un punto de referencia del cual no puede escapar se homologa o distingue, hay plena conciencia de la trama.

El desacople y la Dispersión producen, por el contrario una inconciencia del lazo, simplemente se lo desconoce en tanto proceso. No se presenta como una alternativa colectiva, como un movimiento cultural, sucede a nivel individual como un desgranamiento. Simplemente transcurre sin oponerse ni intentar ningún cambio. Por lo general el retorno hacia una identidad judía se expresa ante una salida individual, el retorno sobre lo religioso, una migración a Israel sin una ideología precisa.

Bibliografía General:

Agamben G. “ Lo que Queda de Auschwitz ” “Archivo y el Testigo Homo Sacer II” Ed.

Pre-Textos Valencia 2000

Badiou A. “San Pablo: La Fundación del Universalismo” Ed. Anthropos 1999 Barcelona

Bauman Z “ En Busca de la Política ” Ed. Fondo de Cultura Económica Buenos Aires 1999

Bauman Z “ Modernidad Líquida ” Ed. Fondo de Cultura Económica Buenos Aires 2000

Bauman Z “ Modernidad y Holocausto ” Ed. Sequitur Buenos Aires 1997

Bauman Z.“ Comunidad ” “En búsqueda de seguridad en una sociedad Hostil” Ed.

Siglo XXI Barcelona 2003

Bauman Z “ La sociedad Sitiada ” Ed Fondo de Cultura Económica Buenos Aires 2004

Benjamín W. “ Iluminaciones IV ” Taurus Madrid 1999

Benjamín W “ Walter Benjamín y su Ángel ” Fondo de Cultura Económica México 1992

Castoriadis C “ La Institución Imaginaria de la Sociedad ” Tomo II Ed Tuquets 1993 Buenos Aires Argentina

Castoriadis C “ El Avance de la Insignificancia ” Ed. Eudeba Buenos Aires 1997

Castoriadis C “ Figuras de lo Pensable ” Ed. Fondo de Cultura Económica Buenos Aires 2001

Grimblat S “Algunas ideas acerca del Judaísmo post-secular” en Crecer en el gueto crecer en el mundo Editorial Milá 2005 Bs As Argentina

Grimblat S. “ Crisis social: La violencia Blanca ” en “Del silencio al Grito, la violencia nuestra de cada día” comp. Psique, La Borde Ediciones Rosario 2003

Grimblat S “ Desnutrición Crónica y Constitución Subjetiva ” Inédito a la fecha 2005

Levinas E “Totalidad e Infinito” Ed Sigueme 1997 Salamanca España

Lewkowicz I “ Pensar sin Estado ” Ed Paidos Buenos Aires 2004

Lewkowicz I, Corea C “ Pedagogía del Aburrido ” Ed Paidos Buenos Aires 2004

Sholem G. “ Las Grandes Tendencias de la Mística Judía ”Ed. Fondo de cultura Económica México 1996

[1] Remito a la noción freudiana de porvenir, entendiendo por éste un ideal proyectado al futuro

[2] Adherimos a la idea de mito trágico de la modernidad propuesto por M. Berman “Todo lo sólido se desvanece en el aire”. El autor refiere al mito fáustico de la modernidad sostenido en el ideal de progreso.

[3] Por supuesto que esto es relativo solo a los Estados laicos o parcialmente laicos

[4] Un ejemplo de esto podría ser la insistencia de la comida Kasher en los bares y buffet de los clubes, pero al mismo tiempo estos abren los días viernes y sábados rompiendo con las reglas del descanso sabático. Si bien nadie morirá por esto, no deja de ser una contradicción. O más que una contradicción es la enunciación de dos lógicas simultáneas que representa que la ley de la vida religiosa ya no representa la vida civil.

[5] El discurso pedagógico no ha sido formalizado por M Foucault sino por una extensión que realiza la Dra. E Emmanuele del discurso disciplinar sobre la pedagogía como una estrategia de disciplinamiento del pensamiento

[6] La palabra asimilación remite metafóricamente a la biología, donde un cuerpo es incorporado y homologado a otro

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