Dos ideas

dos ideas, 1-factura autónoma o consumo mercantil de mundos; 2-dominación por desorientación por desfase

Anoto dos ideas que me surgieron en las jornadas internas de la Cátedra de Adolescencia el 21/5 pasado.

∙ Procesos reticulares como el Contrafestejo producen mundos como zonas temporalmente autónomas, dijo Pablo Farneda. Ahora bien, el mercado también produce mundos con la diferencia de que te los vende y se lo vende a cada individuo. Se pueden producir mundos colectivamente como en el Contrafestejo o se pueden consumir individualmente. Para la subjetividad mercantil se puede decir que la opción está clara, ni siquiera se constituye como tal: ¿Por qué construir un mundo con otros, si lo puedo comprar hecho y solo, sin las complicaciones que la construcción y la cooperación acarrean?

∙ Cuando a fines de los ’90 empezábamos, gracias a Ignacio Lewkowicz, a hablar de la fluidez, de la sociedad de mercado radicalizado, etc., decíamos: nosotros estuvimos formados en instituciones sólidas, las diferencias las veremos en unos años con los que estén formados en instituciones ya licuadas (“si es que van a estar formados en instituciones”, salvábamos).

En estas jornadas, habiendo pasado 10, 12, 15 años desde aquellas reflexiones con gente que en general andaba por los 30 o menos años de edad se seguía escuchando: ‘lo que pasa es que nosotros nos educamos en instituciones sólidas pero en cambio los pibes ya tienen otra formación’, etc. Sin duda, hoy hay más difusión de internet, de redes virtuales, de otro tipo de tecnologías y mucha mayor penetración de estas tecnologías en el relacionamiento, en la sociabilidad, probablemente con un efecto más profundo en la subjetividad. Ahora bien, lo que me parece cualitativo, gradaciones aparte, a partir del hecho de que incluso alguien de 25 años dice “yo me formé en instituciones sólidas”, es que la formación se vive como desacoplada.

El adulto que teóricamente se ha formado, se percibe inadecuadamente formado para los tiempos que le corren. Es cierto que no es la misma subjetividad la que se forma en alguien nacido en los ’80 que en alguien nacido en los ’90 o que en alguien nacido a fines de los ’90, pero es seguro que tampoco va a ser la misma la que se forme alguien nacido en los últimos 5 años y así sucesivamente. Bifo ya les puso nombre (a la de fines de los  ’70 y ’80, “generación posalfabética videoelectrónica” y a la de los ’90, “posalfabética celular-conectiva”); seguramente en un tiempo más las nuevas tecnologías de socialización le requerirán a Bifo un nombre nuevo. Así pues lo cualitativo es que cada nueva camada de adultos se siente formada en condiciones sólidas si se  compara con las nuevas camadas de niños y adolescentes, lo que abre la sospecha de que la dominación social en la fluidez no sea solamente por astitución sino por confusión o, quizá mejor dicho, por desfase (“vivimos siempre en desfase”, decía un poema de Swelly Rolnik). No solo construyendo una subjetividad precaria sino también cambiándole a la subjetividad las condiciones en que se formó (algo así como que cuando se sabe las respuestas, le cambian las preguntas). La subjetividad así no es sólo precaria sino también desorientada. No sólo salta entre fragmentos sino que, además, cada fragmento funciona con lógicas diversas y descoordinadas.

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