Apuntes de la reunión del Grupo Imagen del 15/3/14

–  Hicimos un repasito de lo que venimos haciendo, las lecturas, etc. / charlamos algo sobre la modalidad de trabajo (“plenarios o asambleas”). Planteamos primero algunas cuestiones generales para ir pasando a la pregunta por lo otro de la égida de la imagen. –  La imagen imaginal. Algunas diferencias con la ideología.

  • La imagen de tiempos sólidos era representacional, o imaginaria, esto es, debía adecuarse a las prácticas. La imagen de tiempos fluidos es imaginal, esto es, debe conectarse con las prácticas. Allí importa si es verdadera o falsa; ¿y aquí importa qué?
  • La inadecuación entre representaciones/imágenes y prácticas es diferente en tiempos fluidos y tiempos sólidos. En tiempos sólidos, si emergía una práctica no representada, la representación debía readecuarse; en tiempos fluidos, si aparece una imagen inadecuada, las imágenes deben conectarse. Allí, la representación se representaba como supeditada a lo representado; aquí, las prácticas se supeditan a la imagen –y las que no, no se pueden pensar.
    • La publicidad de Cannon dice que Víctor Hugo tiene buenos días porque duerme con Cannon. Si alcanzás un Cannon, y no tenés buenos días, ¿eso inutiliza la imagen publicitaria? No, pues aunque sepamos que la imagen ‘exagera’, la aceptamos y retransmitimos y aspiramos a su promesa.
  • Así, deja de haber imágenes adecuadas/inadecuadas y pasan a ser alcanzables/inalcanzables. Mientras que una imagen representacional funcionaba cuando se aparecía no afectando lo representado, una imagen imaginal funciona si arrastra conexiones; estas conexiones pueden ser con otras imágenes o con otras prácticas (¿pero hay diferencia?).
  • La imagen representacional o imaginaria es imagen de algo. La imaginal, imagen a secas. Pero, ¿qué significa imagen a secas? Es una de las cuestiones que estuvimos intentando pensar el año pasado: ¿cómo pensar una imagen que no representa?
    • No es una imagen del mundo sino una imagen-mundo, o un mundo-imagen.

–  La imagen no domina por monopolio o centralización de la emisión. Los comunicólogos celebran “la convergencia tecnológica”, el “síndrome Hong Kong”, la fotografía ubicua y en general la “democratización” de la emisión. La imagen no domina o gobierna o comanda las vidas porque sea emitida por otros sino por cada uno. No somos sometidos a serle obedientes sino a serle cómplice. Es como si dijéramos “mentime que me gusta” y “te miento que te gusta”.[1]

  • Pablo se compró un futón (no contó si clavó un clavito), y está feliz pues ya no le duele la espalda. Sin embargo, la publicidad de Cannon dice que Víctor Hugo tiene buenos días porque duerme con Cannon. Si alcanzás un Cannon, y no tenés buenos días, ¿eso invalida la imagen publicitaria? ¿Cómo pensar eso que ocurre “fuera” de la imagen? ¿Hay procedimientos semióticos para que eso que ocurre ‘allí’ ocurra?

–  Desde el punto de vista del progresismo de los ’60 y ’70, la dominación se definía por el sometimiento del trabajador a la rutina, el oprimido a la ignorancia, los de abajo a los de arriba, los sentimientos a las razones, los pueblos a las fronteras, la multiplicidad de voces y colores al gris del monólogo dominante, por la reducción al silencio y a la pasividad, etc. etc. En más de un sentido, las redes han realizado los ideales de esa generación: libre opinión, exhibición de la intimidad y los sentimientos, conexión por doquier, vida hiperactiva autogestionada y sin rutinas, mucha más igualdad entre géneros, contactos sin fronteras (ni institucionales ni nacionales), etc. Desde el punto de vista del progresismo de los ’60 y ’70 (sobre todo en su actual existencia clasemediera).

  • Ahora bien, los hippies lograron muchos de sus sueños, mas no el fin del materialismo y el egoísmo y el gobierno del amor y la flor. ¿Cómo pensar esta dominación reticular?
    • No se trata de pensar si la égida de la imagen es mejor que la hegemonía de la representación, sino de pensar esta forma de producción de sociedad, esta forma de semiosis social, en su especificidad.
    • Obama y Cristina y el Papa twittean lo que sienten. ¿Cómo pensar este gobierno que no necesariamente está arriba todo el tiempo?
    • Plantea Pablo G que al no haber pirámide y estructura, hay “articulación”, esto es, generación (y regeneración) constante de superficies de contacto, o sea, de interfaces. Las imágenes son interfaces. Arman “lugarcitos” y sensación real de conexión, de estar donde hay que estar; por esto, dice PG, es que no son imaginarias: son imaginales.
    • A una de nosotros la llamaron para cubrir a otra profesora y no podía decir que no. Este no poder decir no es extraño: a veces significa “si digo que no, no puedo pagar la luz”, otras significa “si digo que no, me agarra culpa”, u otros significados, pero no siempre significa “me echan” y raramente significa “me castigan o me excomulgan”: suele ser, parece, un miedo a caer en el vacío, un miedo a perder un tren o a la exclusión más desértica.
      • Los afiches de Cerveza Quilmes del último verano dicen: “Te colgaste viendo una peli. Dormiste” mostrando a un chico y una chica jóvenes, despiertos, bailando, felices, rebosantes de energía, que encontraron lo que el otro se perdió por descansar…
      • En lugar de “continuará…”, continúa: sensación de estar perdiéndose algo. No podés desconectarte. Siga siga no pare siga siga no pare… Publicidad de Quilmes: “no te pierdas ningún encuentro”. Es como si dijera: “dormiste > fuiste, alpiste”. [poner imagen de esta publicidad; yo tengo una]
    • Así, surge la pregunta: ¿podemos encontrar o inventar procedimientos para tornar habitable ese “fuera” tan temible?, ¿para crear, como dice Cangi, un espacio-tiempo autónomo?

–  ¿Hay procedimientos semióticos para que eso que ocurre ‘allí’ ocurra? Así, pregunta por la expresión.

  • Una prevención: los procedimientos otros de la imaginalización no se dan estrictamente fuera sino entre las imágenes imaginales. Son intersticiales y las usan o las acarrean.
  • En otras palabras. La pregunta apunta a pensar lo otro (o un otro) de la égida de la imagen. ¿La imagen no deja nada afuera? La pregunta es, no cómo jugar mejor su juego (al estilo de Clarín y el Gobierno primereándose uno al otro), sino cómo jugar otro juego.
  • En otras palabras, si la égida de la imagen imaginal genera un espacio-tiempo global, una espacialidad-temporalidad que, digamos, es la misma para “todos”, ¿cómo generar y hacer durar espacio-tiempos singulares?
  • En otras palabras. Si la égida de la imagen es un tipo de experiencia, qué procedimientos piensan, dan consistencia, semiotizan, otro tipo de experiencias (singulares, emancipadas), o lo que Lazzarato llama con Guattari afirmaciones locales de existencia). Podemos llamarlos procedimientos “contraimaginales” o “paraimaginales” o “equis”.
  • Podemos llamarlos, con el Colectivo Situaciones, expresión. Dice Situaciones: “debajo de la representación trabaja una dimensión expresiva”. Lo que necesitamos pensar es una dimensión expresiva que trabaja al lado de la expresión, y no abajo.

–  Vamos a pensar un poco esto la próxima hablando del algarrobo de 1200 años que está en San Luis y distintas formas de semiotizarlo, sus expresiones artísticas, su imaginalización. PS: Planteaba PG que hoy no hay tantos temas cotidianos compartidos.   _______________________ [1] Es una acostumbrada forma de decir, nomás: como vimos, la imagen imaginal no miente ni dice la verdad. Podríamos tal vez decir mejor “photoshopeate que me gusta” o “me photoshopeo que te gusta”.

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