3 formas de pensar la relación violencia-autoridad

 

Hay dos formas de pensar la autoridad en su relación con la violencia. Propongo una tercera.

Una forma es considerando que la violencia es extraña a la autoridad. Otra es considerando que la violencia es inseparable de la autoridad. La tercera es considerando que la violencia es interna a la relación de la autoridad.

La primera es la de Arendt y Revault. También, quizás, Kojève. En Kojève no es extraña a la forma amo de la autoridad, pero sí es extraña a las formas padre, juez y jefe.

Para Weber la violencia es inseparable de los tipos de autoridad. Sin embargo, en la forma weberiana de pensar la autoridad, la violencia sigue siendo relativamente externa a la autoridad. Ahí tenemos que recurrir a la forma psicoanalítica de pensar la violencia primaria. Pues es la violencia secundaria la que es externa, mientras que la primaria es interna.

En Arendt y Revault, cuando una autoridad recurre a la violencia, la autoridad ha fracasado y deja de haberla. En Weber, cuando una autoridad recurre a la violencia, está intentando restablecerse, porque ha perdido obediencia y a través de la violencia, se restablece. Incluso cuando no usa la violencia, la violencia está dentro del cálculo racional que hace el obediente, que obedece para evitar un castigo violento.

Pero como se ve, aunque la violencia en la autoridad weberiana es inmanente a la autoridad, no está explicando-implicando la relación misma ni la subjetivación sino que es sólo un reaseguro de la sujeción. No explica la producción de subjetividad sujetada. Si pensamos, en cambio, en la violencia primaria psicoanalítica, la posición del más potente se convierte en autoridad por ejercer esa violencia. Una violencia que es capaz de instituir la relación misma sin preguntarle al subalterno; que es capaz de ponerle nombre al subalterno y de comenzar su misma subjetivación; que es capaz de producir culpa si la demanda de obediencia no es satisfecha. En breve, se trata de una práctica o conjunto de prácticas que condicionan y constriñen la relación de subjetivación; una práctica así es una violencia y es interna a la relación. Es constitutiva de la subjetividad.

 

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