hasta XX | 1900-1948 | 1948-1980’s | 1980’s-hoy | hoy |
gueto | mutual | club | fundación | ? |
shtetl | colonia /coop agraria | tnuá | country | Yok / colegios |
teatro | partido | seguridad | ||
religión | ||||
folklore | ||||
– | causa | ? | ||
lengua ídish | «hebreo» (¿idioma o lengua?) | idioma inglés | ||
escuela ídish | escuela hebrea nacional | escuela hebrea global |
Notas
· Esto es un bosquejo. Un examen más minucioso probablemente requeriría afinar el lápiz. Por ej., parece que el teatro y las escuelas ídishes no aparecieron o no cobraron importancia configurante sino hacia fines del período 1900-1948.
· No por bosquejo este bosquejo es trivial. Da la sensación de que su relevancia, su potencia vienen por el lado de la puesta en correspondencia de las configuraciones societarias y las escolares / lingüísticas judías.
· La religión participa de todas las configuraciones comunitarias. Sin embargo, eso no significa que la religión sea siempre la misma ni que participe de igual manera. En algunas situaciones será configurante, en otras no; en las que sí, configurará lo comunitario de diferentes modos. Lo mismo vale para el folklore, la causa, el club o cualquiera de los elementos presentes en más de una situación (por ej., había partidos políticos judíos antes de la 2GM o ídish en 1970).
· En ese sentido, sería interesante preguntarse por los diferentes lugares que ocupó la juventud en las diferentes situaciones judías. Por ej., las tnuot, movimientos políticos juveniles, le asignan a la juventud una función diferente al que le asigna el country, a su vez diferente de las que practican las «casas» de jóvenes como Hillel.
· Más importantes que las figuras jurídicas de las instituciones son los funcionamientos.
· Teniendo en cuenta la segmentación actual, se hace necesario preguntar por los diferentes mecanismos de integración de las diferentes comunidades
· Habría que pensar a qué estamos llamando hoy, que es casi lo mismo que preguntar cuándo comienza: ¿luego del atentado a la AMIA?; ¿qué comienza luego del atentado a la AMIA (y qué termina)?
· Cynthia diferencia entre lengua e idioma según el siguiente criterio: lengua es la lengua de una cultura; idioma es la lengua pelada, que no produce cultura sino a lo sumo traducciones. Es una forma de señalar la diferencia en el rol configurante de lo comunitario judío: aunque ambos son idiomas, sus funciones son distintas. A la vez, habría que ver si el hebreo de la escuela hebrea nacional no intentaba reemplazar al ídish en su función cultural, aun sabiendo que más que reemplazarlo lo que hizo fue desplazarlo. En este sentido, habría que a su vez diferenciar entre el hebreo nacional y el que se cuelga del inglés luego de los ‘80. Habría que combinar la distinción de Cynthia con esa de Pablo que distingue entre lengua para estar donde se está y lengua de aliá.
· Siguiendo con la línea del ídish como lengua de producción cultural, habría que pensar el teatro ídish en su especificidad: no parece que en otro momento haya habido un ámbito judío que a la vez fuera lugar de sociabilidad, usina creadora y espacio laico. Con lo cual también se dibuja una pregunta por la diferenciación entre la circulación de cultura entre los judíos de hoy (o de cualquier otra etapa, pero últimamente es notorio cómo la cultura devino bien consumible o entretenimiento [1] más que producción).
· ¿Qué es lo interesante de todo esto? Pensar cómo se vivía lo judío en diferentes situaciones. Pues, si sólo hay judaísmo sin comunidad, entonces la configuración de lo comunitario judío es a un tiempo configuración de la experiencia de lo judío.
· ¿En qué estrategia se alinea esa pregunta? La estrategia de, por un lado, intervenir en lo comunitario actual, y por otro lado, la de hacer una experiencia actual de lo judío (dos lados que tal vez sean uno).
· Otra estrategia, convergente con la anterior. Hay una veta para explotar que es la de asesorar instituciones en pensar la cuestión de la viabilidad de las instituciones en tiempos posestatales o mercantiles. Pues se vienen encontrando, hace un tiempo, con que “no hay convocatoria”, como se dice, o con que los que pasan, pasan a consumir lo que puntualmente la institución les ofreció y no se quedan. También aquí, por supuesto, hay que ver si esas instituciones no quieren simplemente que los convocados consuman y punto. Dicho de otra forma, seguramente tanto a los convocados como los convocantes los informe una lógica mercantil. Así, surge una cantidad de cuestiones a pensar. Una: dar todo el tiempo algo para consumir, ¿hace que la institución perviva?, y, si sí, ¿cómo? Planteado desde otro punto de partida: diríamos que las instituciones buscan satisfacer a los convocados para lograr comprometerlos (algo así como “el primero te lo regalan; el segundo te lo venden”); ahora bien, si convocados y convocantes están sumidos en una lógica mercantil, ¿los convocados hacen el pasaje de la satisfacción al compromiso (= de la comunidad estética a la comunidad moral = de la lógica de consumo a la de producción)? Parece que no; es decir, parece que satisfacción y compromiso son lógicas heterogéneas (irreconciliables en condiciones de predominio de subjetividad consumidora), y que, a lo sumo, las instituciones logran fidelizar a los convocados, lo cual tampoco es un pasaje al compromiso. La estrategia consistiría en estar atentos a la aparición práctica de un modo de relación comunitaria que no sea ni estatal-nacional ni mercantil, ni comprometida ni fidelizada, algo que las instituciones no pueden capturar = algo que las representaciones institucionales heredadas no pueden captar y que los dispositivos institucionales heredados no puede capitalizar. En este punto, la experiencia de Cynthia en el departamento de juventud de BBA entre el ‘98 y el ¿’03? da material para pensar.
Preguntas
· ¿Desde cuándo hay shtetlej en Europa? Antes de la emancipación, ¿funcionaban como guetos rurales (en el sentido de que se impedía a sus residentes salir de ellos)?
· ¿Hasta cuándo hay jéiders? ¿Siguen funcionando en América? ¿Qué los diferencia del Schule?
[1] He aquí una vía más a través de la cual la comunidad se “espectaculariza”, se cuelga de un espectáculo, se hace comunidad-perchero: consumir cultura, o sea, pagar (o no, no importa) por espectáculos de los cuales colgarse.