No buscamos develar causas y consecuencias de la Revolución de Mayo.
Buscamos caracterizar una situación de crisis: no nos interesan el antes ni el después, sino el durante. Para Halperín Donghi, ninguna de sus causas explica suficientemente la Revolución, a la que califica como mito autofundante[1], por lo que de alguna manera queda imposibilitada toda búsqueda de causas previas que resulten explicación suficiente. Ningún humano vivió jamás en otro momento que el presente –y eso nos incluye a nosotros. Ningún grupo humano puede actuar sobre lo que lo antecede o lo que lo sucede, pero sí sobre lo que le sucede. Hoy queremos ver cómo los hombres de Mayo pensaron –configuraron– su situación para nosotros pensar la nuestra. Buscamos, dicho con precisión, caracterizar una actividad subjetiva en una circunstancia de crisis.
De la década revolucionaria de 1810, lo que más salta a la vista es que, ante los acuciantes problemas que enfrentaba la Revolución –cómo organizarse económicamente, cómo constituirse políticamente, cómo conducirse diplomática y militarmente, etc.–, ninguna de las propuestas alcanza una hegemonía sobre las otras. Salvo, tal vez –pero muy incompleta y provisoriamente– en los asuntos bélicos, ningún centro de poder, de decisión, de organización, de pensamiento deviene el centro global de poder, de decisión, de organización, de pensamiento. Acto seguido nos detendremos en cada uno de algunos de esos ‘centros’ –aunque haríamos bien en llamarlos nodos y/o agenciamientos. Confeccioné esta tabla de modo de tener una visión sinóptica de los pensamientos mayos que recorreremos:
‘Juan José Castelli’‘Manuel Belgrano’‘Mariano Moreno’ |
‘Artigas’ | ‘San Martín’ | Caudillos y Cabildos | |
1810 | JJC: 22/5, “orador de la revolución”
MM: agosto, escribe Plan de operaciones donde piensa la retroversión de la soberanía. MM: fines de año, demora la incorporación de diputados del Interior. JJC: 26/8 ejecuta a Liniers |
Viaja a Buenos Aires a ponerse a disposición de la Junta. | Son parte activa del proceso de fragmentación y ruralización del poder | |
1811 | JJC: declara la abolición de la mita. | 28/2: Asencio
Sublevación militar + apropiación popular Campamento de Ayuí |
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1812 | MB: comandante del Ejército del N 1812-14.[2]
MB: Éxodo jujeño. MB: crea la bandera (27/2) y triunfa en Tucumán (24/9) |
Congreso de Tres Cruces. Instrucciones a la Asamblea del XIII. | Marzo: desembarca.
Forma Reg. de Granaderos. Octubre: golpe exigiendo nuevo triunvirato. |
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1814 | Creación de la Liga de los Pueblos Libres | Se hace cargo del Ejército del N pero pide licencia. Elabora su plan. | ||
1815 | Recupera Montevideo
Congreso de Oriente y formalización de la Liga |
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1816 | Influye en el Congreso de Tucumán.
Hace migas con Pueyrredón. |
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1818 | Desobedece la orden de bajar a luchar contra caudillos del Litoral. | |||
1819 | Intercepta carta de San Martín a Artigas. | Fines: la Liga estaba entre dos fuegos, los directoriales y los portugueses. Concibe plan militar. | Gestiona mediación chilena entre caudillos y Directorio. | |
1820 | Abril: renuncia y acta de Rancagua. | |||
1822 | Septiembre: Renuncia al protectorado de Perú | |||
1824 | Parte a Europa |
Tomaremos algunos actores que hacen algo con lo que ha pasado luego de que la Junta ‘tomara el poder’: ‘Castelli’, ‘Belgrano’, ‘Moreno’, ‘Artigas’ y ‘San Martín’, así como los caudillos y los cabildos. Digo entre comillas que la Junta tomó el poder porque lo que vamos a ver en esta reunión es que desplazar al virrey no le ha conferido el poder suficiente para tener poder sobre todos los territorios del exVirreinato. Y también cada nombre lo digo entre comillas puesto que cada individuo no es un Robinson Crusoe, que todo lo hace aislado, sino la ‘cara visible’ de una interacción reticular,[3] de una producción social más o menos imperceptible que cuaja y se visibiliza junto a esa cara.[4]
Entonces la propuesta es mirar 1810-1820 como proceso que, desde ya, no se explica todo en sí mismo, pero que es un proceso tan sinuoso y zigzagueante que no se deja explicar por lo que ocurrió antes o por lo que vino después. No es posible. Supongamos que el poder se tomó para vender la plata de Potosí al mejor postor y no a España; una vez que estás ahí, antes de vender la plata, conseguir un nuevo cliente, etc., tenés que mantenerte en el poder, y ahí el plan y las causas iniciales pasan a un segundo plano.
[1] Tradición política española e ideología revolucionaria de Mayo, Eudeba, varias ediciones [1961].
[2] A pesar de no ser militar. Lo comandará nuevamente en 1816-19.
[3] Mauricio Lazzarato conceptualiza esta interacción del siguiente modo.
“La cooperación entre cerebros no es una coordinación de actividades especializadas [o intelectuales…] Dicho de otro modo, en la cooperación de los “cerebros reunidos”, la invención no es la obra de grandes hombres ni está representada exclusivamente por las grandes ideas, sino que es más bien el resultado de la colaboración y la coordinación de una multitud de agentes a la vez sociales e infinitesimales y de sus ideas ‘raramente gloriosas, en general anónimas’, ‘muchas veces presentes en hombres muy pequeños, e incluso en pequeñas ideas, en innovaciones infinitesimales aportadas por cada uno a la obra común’. El valor es producido por esta cooperación infinita e infinitesimal. […] En la actividad del genio, la atención no está cautiva de la acción con un fin y la memoria se intercala entre la acción y la reacción, creando un espacio de indeterminación y de elección, formando una ‘nube tranquila’ de los posibles. La subjetividad es siempre un centro de acción, pero tiene ahora la capacidad de intercalar un retraso, una duración entre la acción y la reacción con vistas a elaborar lo nuevo. La memoria ya no coincide con la memoria sensorio-motriz. No es ya un hábito, un automatismo, sino una memoria capaz de recibir la heterogeneidad y de inventar. (Políticas del acontecimiento, Tinta Limón, Buenos Aires, 2006, 143-4; subrayados míos; las frases entre comillas son de G. Tarde, Les Lois sociales.)
Aunque Lazzarato piensa una cooperación propia del capitalismo contemporáneo que no es trasladable punto por punto a la cooperación reticular revolucionaria, nos proporciona algo así como un modelo para la ‘interacción impredecible’ entre sujetos tan propia de las crisis. Ese protagonismo de lo “infinitesimal”, esa “nube de posibles” (aunque no precisamente “tranquila”), ese espacio de indeterminación de los que habla Lazzarato son elementos también inherentes a la desestructuración de la década revolucionaria. Como decíamos en la Introducción, la crisis es la que desarma los hábitos memorizados y le abre a la subjetividad la posibilidad de inventar e inventarse (o de configurar y configurarse, para decirlo en los términos que allí empleábamos).
{extracto del capítulo 2 del libro de historización de Argentina}
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