El “conflicto del campo” es interesante por lo que muestra de la sociedad, más (mucho más) que por lo que propondría a la política y la militancia.
¿Qué relación mantienen los argentinos con su Estado? La masividad del acto de ayer en el Zoológico lo insinúa.
Punto de partida de esta reflexión: los argentinos no somos ciudadanos sino consumidores (hecho consagrado por la Constitución de 1994). Punto de llegada: al consumidor le molestan las imposiciones dispuestas desde arriba.
Clásicamente, se llamaba dominación a una superposición: una capa social minoritaria se imponía a la capa mayoritaria; hoy, en cambio, la dominación procede por desligazón: por aislamiento y expulsión. La clásica imposición de una minoría sobre la mayoría daba lugar a una mayoría obediente y observante de las leyes: los ciudadanos. La actual desligazón de la mayoría da lugar a añicos sociales individualistas, caprichosos y adolescentes : los consumidores.
Cuando una consigna activa se atasca, no deja de actuar, sino que se plasma en efectos reactivos. ‘Que se vayan todos’ se está efectuando como la reticencia a todo lo que venga de arriba. El apoyo consumidor a los ruralistas no cuestiona la dominación contemporánea; ese apoyo muestra cuánto ofusca al consumidor la anacrónica dominación como imposición desde arriba .
Será técnicamente un error llamar ‘impuesto’ a un derecho de exportación como las retenciones móviles. Prácticamente, sin embargo, el error dice la verdad de la Argentina actual: cualquier disposición que venga de arriba se vive –y ofusca– como algo impuesto.
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1 comentario sobre “Retenciones: enojosa imposición”
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