Conexión no es encuentro. En el contacto hay conexión con algo que está fuera de las imágenes, ponele con las emociones: el punto es que esas emociones, para llegar a existir como tales, deben transformarse en imágenes. Y sólo como imágenes, recién ahí, pueden contactar o conectar con otras imágenes. Por ejemplo, alguien sube una imagen de un gatito encantador y a mí me gusta y le pongo “me gusta” y ese “me gusta” es una imagen de mis sentimientos que me permite conectar con el gatito que conecta, digamos, con la dueña del gatito o con una página de gatitos. También me puede causar gracia un Tiktok, le puedo poner “me gusta” y ese “me gusta” es una imagen del humor que sentí, de la risa que sentí y de tal manera existe para el emisor del Tiktok; existe por contacto.
En cambio, en el encuentro es indecidible si el encuentro existe antes o durante el signo que lo expresa, el signo que expresa un encuentro hace existir al encuentro pero no conecta, no porque ese signo no conecte con otros signos sino porque ese signo conecta con el encuentro, muerde lo real del encuentro. Así, en el grupo de Whatsapp del Bachillerato “Sol del sur”, las fotos que testimoniaban que había habido una asamblea de estudiantes causaban un montón de comentarios entusiasmados en el mismo grupo por parte de les profes que no habíamos estado en la asamblea, pero ahí los comentarios entusiasmados y los emojis de alegría hacían que les emisores entráramos en el encuentro de profes y estudiantes y no con la imagen de profes y estudiantes. La expresión nos componía a quienes no habíamos estado allí con quienes sí habían estado. La imaginalización en cambio no compone, no encuentra, no expresa ningún entre; la imaginalización hace interactuar a dos mónadas claras y distintas.