Reprimir sin querer queriendo y creativamente
No son errores, no son abusos, no son excesos. Es la política represiva del Estado Argentino, que no cesó después de la dictadura, sino que cambió de forma, de sujetos y de discurso legitimador para adaptarse a nuevas etapas. CORREPI, 10/12/2005Hoy reprimir es un trámite complicado, multifacético, donde no participa solo la hebra policial sino muchas hebras, como intento inventariar aquí. Diciembre de 2001 y Junio de 2002 abrieron una nueva época en la historia de la gobernabilidad argentina: desde entonces, gobierno que reprime y mata, gobierno que se va. El gobierno kirchnerista aprendió a jugar con esa premisa: dilatando los conflictos, dividiéndolos con concesiones puntuales, apostando a su desgaste, desentendiéndose de ellos, o, si no, con la represión física prohibida, pero tercerizada. La represión en tiempos K andaba bien cuando quedaba en manos de las provincias o municipios o comisarías o paramilitares o patotas. Es decir, cuando quedaba a cargo de una instancia (supuestamente) lejana al (supuesto) centro de decisiones. En la crisis del Indoamericano, esta última condición no se cumplía. Ahora el conflicto ocurría en el mismo centro del país pero no había fuerza represiva “subnacional” ni paraestatal que la emprendiera eficazmente contra los okupas. El gobierno nacional no tenía forma de desentenderse de este drama. ¿Cómo hizo para resolverlo, o al menos disolverlo?
Punteo sobre el “operativo egreso” del Parque Indoamericano, que comenzó el 14/12 a la noche y concluyó el 15 a la madrugada, para reconstruir las prácticas que lograron “convertir a los ocupas en desocupas”. Cómo se fueron yendo:
-por intimidación violenta general (con balas y muertos el 7/12) y puntual (“apretadas” denunció la CCC), con la Federal, la Metropolitana o las patotas.
“Otro de los integrantes del grupo, previo al ataque, se había acercado a un agente raso de la Policía Federal, a quien le hizo una sugestiva propuesta: “Si me liberás la zona, en media hora te soluciono este problema”, en alusión a la toma.” (C. Rodríguez, Palos, piedras y armas de fuego en el menú, 14/12)
-por intimidación amable (la que muestra esta foto, P/12, 14/12).
-por asfixia logística (la que denuncia la FOB aquí) que presumiblemente condujo al cansancio y enfermedades que según C. Rodríguez también indujeron a los ocupantes a dejar el Parque.
-por promesa de lote y vivienda y extorsión (si no te vas, no te doy más planes ni vivienda; si te vas, sí)
-por intimidación indirecta o desde adentro (el puntero k Salvatierra diciendo en la asamblea del 14 a las 18 ‘si no nos vamos, nos van a reprimir’)
“La retirada comenzó ayer, después de una asamblea de una hora, con 500 asistentes y encabezada por Alejandro “Pitu” Salvatierra, dirigente con línea directa con el Ministerio de Desarrollo Social. “Si no nos vamos, esta noche Gendarmería nos va a reprimir. Si nos vamos, les puedo garantizar que el gobierno Nacional nos va a entregar a cada familia un papel en el que se compromete a solucionar la situación de cada uno”, planteó. http://www.clarin.com/politica/parque-Indoamericano-liberado-totalmente-manana_0_390561102.html. Parece que el Pitu fue único orador en esa asamblea; La visita de los cónsules y el temor a la deportación, claves del desalojo; “Diosnel Pérez, presidente de la junta electoral de la Villa 20 de Lugano y referente del Frente Popular Darío Santillán, dijo que “el puntero kirchnerista” Alejandro Salvatierra convenció a la gente con promesas y amenazas para que abandone la ocupación.” (15/12 http://fmlatribu.com/noticias/?p=1885)
-por intimidación “consular”: Representantes de Bolivia y Paraguay fueron al predio para convencer a sus compatriotas.
“Cada diplomático se reunió con la colectividad de su país que escuchó una sugerencia incómoda dicha con palabras amables: si no liberaban el predio corrían el riesgo de ser deportados.” Sin embargo, “la embajada boliviana negó haber hablado de deportación”. El Gobierno nacional hizo gestiones para lograr esas gentiles visitas. (La visita de los cónsules y el temor a la deportación, claves del desalojo)
-por maniobras “de diversión”:
Para las organizaciones no kirchneristas que acompañaron desde adentro la lucha de los vecinos, queda un último llamado de atención: más allá de la correlación de fuerzas desfavorable respecto al gobierno nacional para disputar la mejor orientación a la salida al conflicto (es decir, la intención de que hubiera una respuesta concreta de viviendas y no sólo una promesa más, como sucedió), cabe señalar que, mientras el referente oficialista Salvatierra, los funcionarios y la Gendarmería daban el avance más fuerte para dirigir a los asentados, distintos referentes y militantes de las organizaciones de izquierda en la toma se encontraban, en ese mismo momento, fuera de allí: participaban de un masivo acto solidario frente a la Jefatura de Gobierno Porteño reclamando justicia por los asesinados los días anteriores. Sería ingenuo no comprender que, a sabiendas de esto, el gobierno nacional eligió el momento adecuado para conducir el conflicto desde adentro cuando menor fueran las fuerzas que pudieran insistir con el reclamo de una respuesta de viviendas concreta para los asentados. (“Las (primeras) lecciones de Soldati”, PrensadeFrente.org, 15/12).
-por miedo a quedar pegado a una conspiración anti-k:
«Las denuncias de conspiración, sin sustento pero repetidas aún con honestidad por militantes y adherentes kirchneristas, sólo tuvieron sentido como contexto necesario de miedo para reforzar la estrategia interna en la toma, y para “abrir el paraguas” si todo salía mal.» (“Las (primeras) lecciones de Soldati”). Dijo alguien cercano a Salvatierra: “Acá hubo una toma de conciencia, porque la gente se dio cuenta de que hay personas que buscan generar el caos y nadie pretende hacerles el juego a los que quieren desestabilizar al Gobierno.” (El éxodo en el Indoamericano)
-por ‘infiltración territorial’:
“El abordaje de la toma en el territorio es, tal vez, donde se concentró el nudo central de la resolución del conflicto (al menos por ahora) por parte del gobierno. Allí, en el propio predio, supieron combinar 3 elementos centrales para garantizar el control de la situación: 1- la Gendarmería como elemento disciplinador ; 2- una fuerte línea de funcionarios nacionales haciendo ver la autoridad (e interés hacia los vecinos, en contraste con el gobierno de la Ciudad) del Estado nacional; 3- el activismo interno, a través de “Pitu” Salvatierra, referente de base kirchnerista insterto en la toma. La conducción política coordinada de esas tres variables (más la presencia de los cónsules de Bolivia y Paraguay hablando con la gente de sus comunidades para que se replieguen, gestionada también por el gobierno nacional), el manejo de los tiempos, la agitación de miedos hacia adentro y la instalación del fantasma de “conspiraciones” hacia afuera, completaron un panorama favorable a la aceptación, por parte de la mayoría de los asentados, de la “autoridad” del Estado, ya sea por convicción, resignación o temor.” (“Las (primeras) lecciones de Soldati”)
Vemos lo complejo que es gestionar ad hoc cada conflicto, la creatividad, la capacidad de gestión y la febril proactividad que supone. Incluso para lograr algo aparentemente tan sencillo como reprimir, no alcanza con una fuerza de seguridad (ni con tres –Federal, Metropolitana, Gendarmería–) y un poder judicial. Una interfaz para cada caso, porque cuando no hay suelo sólido, cuando no hay Estado-nación, todo los casos son únicos, heterogéneos –ni siquiera la toma del Club Albariños, “prima-hermana” de la del Parque, admite la misma gestión que aquella; por lo demás, ningún funcionario ni okupa quiso explicar cómo lograron correr a los ocupantes de la zona operativa del ferrocarril San Martín hacia la calle 14 de Retiro el sábado 18/12. Pero lo vienen repitiendo Cristina y Nilda todo el tiempo: la solución a los conflictos “no debe ser policial sino política” (Clarín, 18/12). Es decir: no un simple garrote sino una compleja gestión multifacética.
Y ahora se viene el “operativo Centinela” (jo!), que consiste en lanzar seis mil gendarmes al Conurbano el 1/1/11, agregándolos a los 3000 q ya andan por ahí hace tiempo.
“Estamos hablando de 6mil efectivos, de 443 vehículos, de una inversión de equipamiento de 250 millones de pesos”, dijo CFK, y también dijo: “Estos hombres y mujeres estos gendarmes van a ocuparse del combate contra el delito organizado. Para eso coordinarán con las autoridades de la provincia de Buenos Aires y también lo harán con la operatividad autónoma con políticas de sorpresas, alta movilidad, etc. (www.urgente24.com/noticias/val/1628-7/cristina-lanzo-gendarmes-a-patrullar-el-conurbano-(y-las-criticas-a-los-jueces).html; www.elargentino.com/nota-119172-Cristina-Fernandez-Ser-pobre-no-es-ser-delincuente.html).
Pero lo más curioso es que este Operativo “no supone abandonar la custodia de fronteras, que es el rol de la Gendarmería” (subrayado mío). El Estado posnacional es uno cuyas fronteras no son solo geográficas o bidimensionales sino también sociales o multidimensionales. Ej. de frontera bidimensional: “desde el Río de La Plata hacia allá, comienza Uruguay”. Ej. de frontera multidimensional: «desde el cordón de gendarmería hacia allá comienza, por ponerle un nombre colorido a la zona de exclusión social, Indoamérica».
La constante denuncia de toda gestión señala la impotencia del que jamás ejerció el poder. Es muy fácil señalar aquello que supone una puesta de límites como prepotencia, cuando lo que revela es sólo impotencia y falta de autoridad.
El pensamiento clasemediero progre exige siempre manos limpias y corazón puro en el trato con las clases postergadas porque desconocen la práctica del poder.
Desde ya que Fidel hizo una Revolución, pero para eso se manchó las manos con sangre, no hay otra manera. El que este dispuesto que ponga las manos en la obra y el que no que se atenga a lo posible.
Querido Ricardo: yo me «ensucio» al pensar estas cuestiones y arriesgando tesis peregrinas (que no son ni k anti-k). Sí, desde el punto de vista del Poder, eso con lo que el peronismo siempre se ha manejado tan bien, soy impotente. Pero esa potencia te la regalo. Lo mío es más lo del ensayista (es muy buena esta caracterización del ensayista de Ariel Penissi). Y con las tesis que arriesgo busco pensar la dominación contemporánea (esto es, los modos por los cuales la vida social, incluida la cubana, acarrea la desautonomización de sus elementos), seguro de que eso ayuda a la emancipación contemporánea (esto es, la autonomía, que no siempre es una Revolución).
Gracias por el cuestionamiento, siempre sirve para esclarecerse