Un taller despojado

Opinamos que los demás opinan tontamente. Opinamos que alguna opinión es inteligente. La compartimos, la retuiteamos, la wasapeamos, la ponemos a circular por nuestras redes. Así, nos agrupamos, hacemos número, participamos. Si sumamos muchas —pensamos— seguramente nuestras opiniones serán tenidas en cuenta. Contaremos para alguien, seremos visibles.

Opinamos, también, que nos manejan los algoritmos. No sabemos muy bien qué sea eso pero le vamos dando vueltas porque es la opinión más novedosa que tenemos a la mano, la que nos hace sospechar que hay algo en esto de andar palabreando, como si una mano invisible o inaccesible, nos manejara. Opinamos que nos manipulan, y nos sentimos satisfechos: denunciar manipulación es opinar inteligentemente. Nadie es más suspicaz que el opinador.

Pero, ¿es que nunca dejamos de opinar?

Efectivamente nunca dejamos de opinar. Siempre que opinamos, opinamos lo que nos parece. Opinamos lo que sentimos, opinamos lo que nos gusta. Y hasta pareciéramos identificarnos con alguna opinión que dice lo que sentimos, otorgándole así nuestro crédito. Lo que nos resulta más difícil, parece, es no opinar. Y en todo caso, ¿nos sería medianamente posible?, ¿humanamente posible? Nuestro medio ambiente está hecho de opiniones que nos piden opinión. Estar en un ambiente sin opiniones, ¿será posible en estos tiempos que corren?

En fin, que nos la pasamos opinando. Y aquí viene la cuestión: ¿qué es eso de opinar? ¿Qué hacemos cuando opinamos? ¿Qué hace con nosotros el opinar? Esta invitación invita a seguirle la pista a una sospecha que tenemos: al opinar nos volvemos gobernables. ¿Sujetos de la opinión, quizás? El opinar es lo que nos gobierna. Gobierno de la opinión, entonces. my_opinion

Suena bien pero, ¿qué quiere decir «gobierno de la opinión»? Estudiémoslo. Podemos estudiar un poco de teoría, observar algunas noticias y opinerías, pero también dilucidemos qué nos pasa a nosotros en este «ser puestos a opinar»: analicemos esta operatoria, vayamos pensando estas cuestiones que se nos aparecen como obvias.  Se nos ocurre que, quizás, al proceder juntos a pensar, podamos librarnos de opinar.

 

Proponemos combinar estudio y elucidación. Para estudiar vienen Arendt, Habermas, Tarde, Franco Bifo Berardi, Lewkowicz, quizá algo de Sena y de Hupert, de Foucault también. Para elucidar vienen los que aceptan esta invitación.

Coordinamos Gastón Sena y Pablo Hupert. Nos juntaremos primer y tercer martes de cada mes, a las 19, en el estudio de PH, comenzando el 2 de mayo próximo.

 

+54911 5025-5994

grouchista@gmail.com

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