Las cosas cambian. El neoliberalismo no es una cosa, pero también cambia.
• La invitación a este grupo de estudio parte de la circunstancia en que andamos. En el verano me inundó una gran perplejidad. Preocupaciones, miedos, bronca… todo eso está, y lo procesamos como podemos. Pero no sería bueno que las puteadas y las denuncias, o el empecinamiento en lo que venimos haciendo desde antes, los chistes e ironías, o incluso las resistencias callejeras (que por lo demás incluyen también denuncias, puteadas y resistencias), las tapas de Barcelona que retuiteamos, etc. etc., no sería bueno, digo, que nos oculten la perplejidad. En los años kirchneristas habíamos llegado a armarnos unas vidas. Una vida que contaba con medios de consumo más o menos prodigados por el Estado y el mercado, vida que respiraba una atmósfera cultural con temas y consensos progres, vida que había llegado a acomodarse en una credulidad o en una incredulidad hacia el gobierno. Confort material, amabilidad sensual y consensual, comodidades en la crítica: todo eso se nos esfumó muy rápidamente, y nos duele. ¿Estamos pudiendo duelarlo? ¿Estamos pudiendo situarnos?
• Podríamos acomodarnos ahora en el inverso de todo eso. Nos ocultaríamos nuestra perplejidad. Nos evitaríamos la pregunta, la interrogación. Personalmente, que tantos hayan votado a Macri no es lo que más perplejidad me provocó. Lo que me deja perplejo no es su triunfo sino su capacidad de atropellos y el consenso que tienen sus atropellos. Y este consenso no es explicable suficientemente por cómo y cuánto lo cubren los medios: algo de lo real toca, algo de lo real nos dice. A pensar, entonces.
• Personalmente, ya no sé lo que solía saber. El año pasado, algunos de los que aquí nos reunimos hoy, nos vimos cuatro veces para hablar de subjetividad contemporánea con un libro que escribí (El bienestar en la cultura). Ahora, en este impasse, necesito –y percibo no soy el único– ponerme a estudiar; y que, con otros, vengan nuevas producciones. No es desensillar hasta que aclare, sino barajar y dar de nuevo.
• Cuando hay perplejidad y no saber, se los puede obviar sosteniendo la creencia en lo que damos por obvio, o también esperando el retorno de lo sabido. Cuando hay perplejidad, es bueno juntarse, estudiar, experimentar. Algo se nos ocurrirá sobre la marcha –si de algún modo marchamos.
• Tengo, además de perplejidad, además de inquietud, una sospecha, una pista. Nuestro neoliberalismo noventero no parecía forma de gobierno sino de abandono y hasta de desgobierno, quizá por cómo terminó De la Rúa. El de ahora necesitamos pensarlo no como pura desidia sino como forma de gobierno. Hace poco, Prat-Gay dijo que “Hemos elegido el camino del gradualismo porque es el único posible. Con todo respeto por muchos analistas que nos critican, hay que recordar que estamos gobernando, no emitiendo un informe semanal.”
• Hago entonces una propuesta: estudiar Nacimiento de la biopolítica, de Michel Foucault, un curso que dio en 1979 mostrando el neoliberalismo como modo de gobierno –un modo de gobierno por derecho propio, distinto al liberal, y cambiante a su vez.
• El año pasado, al hablar de subjetividad, hablábamos de uno de los polos de la movilización global. La expresión es de Santiago López Petit y la amplía así:
“Como fenómeno total que es, se puede analizar desde un punto de vista macroscópico o desde un punto de vista microscópico. La movilización global puede encararse como la interpenetración entre un acontecimiento repetido (el desbocamiento del capital) y una función (un nuevo modo de individuación).”
Uno de los polos de la movilización global es entonces un principio de orden o de configuración general y a la vez un principio de individuación. Como principio de configuración general abarca procesos como la globalización financiera, de la producción y de la mano de obra, el debilitamiento de los Estados nacionales, endeudamiento de los Estados, proliferación de organismos multilaterales, etc. etc. Como principio de individuación, configura una subjetividad precaria; como toda subjetividad, depende –para constituirse– de insertarse socialmente, pero ahora su inserción social coincide casi por completo con su inserción mercantil, que siempre es fluctuante.
• Ahora bien, en este esquema no está el gobierno, salvo quizá debilitándose. No hay dudas de que el neoliberalismo merodea por este esquema, pero, ¿cómo pensar el gobierno? El gobierno, el neoliberalismo como forma de gobierno, podría ubicarse entre uno y otro polo. Como lo que conecta una población y unas vidas con un orden global.
• Quizá Foucault lo ubicaría en otro lugar, quizá en 1979 las cosas eran distintas (¿se veía la globalización, se veían sus efectos?, ¿será distinto lo que se ve en un país dependiente y en una potencia?). Para los neoliberales, el gobierno se concibe como coextensivo (y no exterior) al mercado; para Foucault, por lo demás, ninguna “institución” se ubica en una “superestructura”. Ya tendremos, más avanzada la lectura, más avanzado también el gobierno actual, la posibilidad de preguntarnos dónde se ubica.
• En todo caso, creo que abordar este libro promete como mínimo esto: pensar qué es gobernar –y comenzar a atravesar los obstáculos que suponen el mero sentido común o la mera obviedad. Comenzar a situarnos.
• Por lo pronto, hicimos este esquema:
• Víctor nos contó del proyecto que cierto grupo peruano presentara a la Organización Internacional del Trabajo para lograr que el las pobres campesinas y campesinos productores de quínoa pudieran vender su producción en el mercado mundial. En los hechos, esta promoción de la inserción mercantil significó la compra de la producción peruana por multinacionales que la venden en el mercado norteamericano y la consecuente valorización de la quínoa como mercancía; o sea, la campesina y su gente no pueden consumirla si no la compran (a prohibitivos precios internacionales).
• Con este caso, y otros que se tiraron sobre la mesa, vimos otro fenómeno de estos tiempos: que el gobierno se multiplica (OIT, FMI, BID, COP, Estados, fundaciones y ong’s de todo tipo y escala, Responsabilidad Social Empresaria… etc.).
• Nacimiento de la biopolítica nos sirve no tanto por sus contenidos –que son deslumbrantes–, sino como guía para una investigación nuestra, para situarnos. Qué atender, qué mirar en el gobierno actual, detectar qué cambió respecto de los neoliberalismos alemán y norteamericano que Foucault analiza. Guía para comenzar a caracterizar nuestro neoliberalismo realmente existente.
PS: acordamos que nos veremos quincenalmente, los sábados a las 15 hs., y que abrimos la invitación. Co-coordinaremos Gastón Sena y Pablo Hupert.
PS2: seguimos reuniéndonos, desde setiembre, los días martes.