Las relaciones sociales fluidas, o la astitución

[Este artículo entró como capítulo en el libro
El bienestar en la cultura 2da edición ampliada, publicada por Pie de los hechos en 2016]

(notas de principios de 2009 que ahora me decido a postear)

Hasta aquí, cuando hablábamos de fluidez, poníamos el acento en la característica, digámoslo así, derruidora, desconfiguradora, de las relaciones sociales inherente al capital financiero. Pero quedaba boyando una objeción: parecía que las relaciones sociales en tiempos fluidos eran solo las que iban quedando de tiempos sólidos, más o menos fragmentadas, más o menos inestables. Si bien a veces decíamos que el capital financiero arma y desarma relaciones según necesidad y que esto se veía claramente en la flexibilización laboral, en el trabajo precarizado, en el trabajador autónomo, etc., faltaba (y falta) pensar la capacidad del capital financiero o semiocapitalismo de crear relaciones sociales.

Y, en rigor, lo que constatamos es que hay nuevos noviazgos, hay gente que se conoce a través de Internet, que es el epítome del semiocapitalismo, hay nuevos puestos laborales, nuevas amistades,  asociaciones lícitas o ilícitas, nuevas agrupaciones políticas, nuevos emprendimientos, etc. Es cierto, ninguna de esas es sólida, ninguna de esas es duradera ni articulada con otras. Ninguna de ellas apoya en un suelo metaarticulador, es decir, en un suelo estatal nacional. Pero tenemos que empezar a pensarlas desde sí y no por lo que les falta.

En ese camino, diría que no son relaciones sino conexiones que muy fácilmente se desconectan (esto tal vez ya lo decía en «Desrelación en tiempos de hiperconexión» y «Argentina unida por CTI«). Creo que las relaciones sociales en el semiocapitalismo son tan desconectables porque son relaciones, con un neologismo, a-stituidas, ni instituidas ni destituyentes, sino astituidas. El capital financiero, el semiocapital, el capital posindustrial, además de destituyente de lo sólido, es astituyente.

Que una relación sea astituida quiere decir que no hay lugares estables para los términos de la relación, ni, está claro, una relación estable entre esos lugares. Dicho más psicoanalíticamente, no hay lugares simbólicos, solo hay lugares imaginarios.

Una relación sólida es una imagen adosada a un lugar simbólico, relacionada con otra imagen adosada a su lugar simbólico. Una relación sólida es una relación entre términos estables, pero hay más: ella misma es estable, ella misma una imagen adosada a un lugar simbólico. Es una relación, diríamos, adscripta, una relación fija, una invariante que admite variaciones dentro de ella. Por ahí, en términos badiouanos, diríamos que en una relación sólida cada término presentado está representado. Hoy, cuando dos chatean intermitentemente por el chat o por sms, esa relación no está instituida, no está fijada, no está adscripta, no está representada, no está ‘invariantizada’ sino que simplemente se da como conexión intermitente: está cuando está, no está cuando no está (digo: cuando no está, ni siquiera está como ausencia). Así las cosas, es dificilísimo, si no imposible, prever su duración, su recurrencia, sus modos de despliegue, etc. Recordemos que hoy un adolescente tiene en su programa de chat, fácil, quinientos contactos. Esos volúmenes pueden derivar en modalidades como la siguiente:

«SIEMPRE Q CHATEAS CON ALGUIEN Q NO TENES GANAS DE HABLAR EN ESE MOMENTO O NUNCA TE DAN GANAS DE HABLAR CON ESA PERSONA , PARA EVITAR GASTAR CARNE DE LOS DEDOS CON ESA PERSONA EN EL TECLADO, CUALQUIER COSA Q TE DIGA VOS SIEMPRE LE CONTESTAS CON UN GRAN «JAJA» O «TB» O VARIAS COMBINACIONES DIFERENTES»

panchity, 21 años | 278 votos
3 de marzo de 2008[1]

Que no hay códigos es otra forma de decir que las relaciones no están fijadas, las relaciones no están en un sistema de lugares simbólicos, y que la imagen prolifera por doquier. En los chateos de panchity, la imagen prolifera como «»jaja» o «tb» o varias combinaciones diferentes». En los chats en general, la imagen prolifera como «contactos», que dan que son relaciones. Por ej., un adolescente me admitió que de los 700 contactos que tiene, solo conoce a 200.

Las relaciones y las ocurrencias de las relaciones proliferan, entonces, como proliferación de imágenes. Esa proliferación es imprevisible, pues no ocurre según normas[PH1] . Esa imprevisibilidad no se encuentra solo en el chateo adolescente sino también, y muy especialmente, en el comportamiento del capital financiero, en el comportamiento de un empleado o de un patrón, e incluso de un amigo, o cuando un político entra a un partido o sale de él, cuando dos partidos hacen una alianza, etc.

El capital financiero astituye también la subjetividad

El capital financiero, el capital fluido, el capital postindustrial, el semiocapital, o como se lo llame, no solo astituye las relaciones sociales. También astituye la subjetividad, es decir, la instituye incompletamente, precariamente, desolada y desoladoramente. No podía ser de otra manera, pues la subjetividad es una relación social, o un conjunto de relaciones sociales -pero es bueno explicitarlo, yo hasta ahora no me había dado cuenta (hasta que grabé las notas del miércoles 4 de marzo a la mañana).

 


[1] Es la «verdad de sprite» más votada por lejos (278 votos contra los 107 del segundo puesto). en http://www.sprite.com.ar/blog/ver.jsp?blogID=3; visitado el 18/2/9.


 [PH1]puede q la estadística encuentre regularidades, pero los sujetos no encontramos normas. lo q la estadística encuentre serán automatismos, no constituciones subjetivas.

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