“Ahora bien, el Estado no tuvo, ni en la actualidad ni, sin duda, en el transcurso de su historia, esa unidad, esa individualidad, esa funcionalidad rigurosa, y me atrevería a decir que ni siquiera tuvo esa importancia. Después de todo, tal vez no sea más que una realidad compuesta y una abstracción mitificada cuya importancia es mucho más reducida de lo que se supone. Tal vez. Lo importante para nuestra… actualidad no es entonces la estatización de la sociedad sino lo que yo llamaría la ‘gubernamentalización’ del Estado” (M. Foucault, Seguridad, territorio, población, FCE, Buenos Aires, 2009 [1978], pp. 136-7).
“Hablar de gobernanza implica un reconocimiento del fracaso de la tecnocracia en la gestión del mundo.” (A. Lafuente, “Los cuatro entornos del procomún”).
“El kirchnerismo es neoliberalismo en el sentido de que gobierna una multiplicidad sin homogeneizarla.” (N. Ortiz Maldonado, 4/9/11a).
La pregunta por lo posnacional es una pregunta por las prácticas nuestras: incluye pensar el problema del análisis político, el problema de la situación, el problema de la intervención y su escala.
¿Podemos hacer un análisis político que no sea el de las primeras planas? ¿Un análisis que no ande pendiente de las medidas y discursos del gobierno ni de las operaciones y los debates (o barullos) de los medios?
Necesitamos hacer un análisis político que no sea el de la macropolítica sino de cómo la macro condiciona la micro, cómo la micro despliega (o declina) su potencia, cómo lo macro y lo micro se relacionan, se reclaman, cooperan, entran en tensión, etc. Necesitamos hacer un análisis político que nos sitúe y no que nos ubique. En la situación pensamos; en la posición peleamos.
En 2001, el enunciado que recorría (por lo general, en la práctica, y no siempre explícitamente) a los movimientos era política a distancia del Estado. Ni abolición ni nostalgia: distancia. Eso es más fácil cuando el Estado abandona. ¿Qué es de ese principio hoy, cuando el Estado se acerca? El impasse infrapolítico pasa por encontrar los modos en que practicar la autonomía con un Estado que no se declara prescindente sino lo contrario.
Vaya una tablita para entrarle a la cuestión.
Posición de
enunciación |
Sufragante | Periodista | Nosotros | Agente estatal |
Sujeto | Individual | Individual | Colectiva | ¿Institucional? |
Subjetividad | Consumidora | Mediática | Dosmilunera | ¿Funcionarial? |
Potencia | Optadora / individualizadora | Opinadora / delegadora | Politizadora / exploradora | ¿Articulador, recaudador, etc.? ¿? |
Impotencia | De tarea (juntarse-hacer-configurar) | ¿De institu-cionalización? | De centralización |
Tesis: hay un “afuera” del “todo” estatal. Pregunta: ¿cómo es la relación entre el fuera y el dentro? ¿Como la proponen Abad y Cantarelli?
A ver si podemos hacer un análisis político que sea teoría configurante y no opinión impotente.
El impacto positivo del kirchnerismo-cristinismo torna un tanto bizantino tu planteo, para mi gusto. Deberías actualizar tu propuesta académica.
Estimado Ernesto: si mirás como sufragante o como periodista, tal vez tengas razón. Mi intención es mirar desde el punto de vista de un colectivo autónomo, desde un sujeto «dosmilunero»: ¿cómo pensar nuestra vida en común cuando parece que el Estado se encarga de todo lo necesario?